Me doy cuenta que hay un malestar instalándose en un territorio emocional, donde no se lo quiere…  ¿Será un “ocupa”?  Algo así es. Está convenciendo a algunos pensamientos que culpan y responsabilizan “a quien se compromete y no cumple”, de todo ese malestar que estoy sintiendo… No se muy bien qué es todo esto, pero no me gusta nada: ni su energía, ni su gusto, ni su olor… Me quedo escuchando todas esas voces de protesta… Aparece otra voz más tranquila que dice: ¿Cómo pueden opinar, y menos aún juzgar, si no conocen la situación en la que puede estar quien en este momento Uds. tienen como irresponsable…?  Pero no es tan fácil acallarlos, ahora murmuran en voz baja, y siguen y siguen… Estoy consciente del complot, que no es contra quien no está pudiendo cumplir, el complot es contra mí, pues me quitan la tranquilidad… Sigo atenta observándolos… Luego me entero que la persona no pudo cumplir pues estuvo enferma y tuvo que hacer reposo.  Recién allí puedo sonreír feliz: !Consciente y sonriente! Feliz por todo lo que pude ver y comprender de mí misma.

Pareciera que el protestar por todo lo que no funciona te da algún galardón o estatus ante alguien, que no puedo saber quien es. La cuestión es que muchos protestan por todo lo que no anda, cuesta más caro,  o no le avisaron… en fin: !por todo! Y yo me pregunto ¿y qué hacen para mejorarlo? El protestar no arregla nada, el accionar, sí podría arreglar algo… Intervengo, hablo, quiero hacerles entender que así con la queja, se enferman ellos, enferman a quien los escucha y a todo el ambiente, intoxicando a quien se les acerca…: “Conscientes, bloqueados y sufrientes”