Esto lo escribo el 23/6/2020 y la respuesta que me vino en ese momento a esta pregunta es – La vivo con muchos y constantes cambios. Empiezo copiando lo que escribí al respecto el 28/5 y luego el 19/6.

Hoy 28/5/2020 quiero escribir sobre estas caminatas en Villa Los Coihues, ya van cinco días seguidos con la de hoy miércoles. Me gustan, no le hago mal a nadie, no contamino de ninguna manera, uso y no uso el barbijo, me lo saco, me siento libre, eso es lo más valioso,  disfruto las caminatas un montón. El cuerpo se cansa, pero el alma se regocija, ríe de alegría y pone luz allí donde todavía reina la sombra. Según dicen el sentido de la vida es encender la luz para qué desaparezca toda oscuridad, que quien quiera aprender, encuentre que todo el que se le acerca es un maestro que viene con una enseñanza…y lo importante será extractar cual es la enseñanza que trae esa determinada circunstancia para mí…

Como yo salí esos cinco días más o menos a la misma hora, me parecía reconocer a los mismos caminantes o ciclistas que también repetían sus rutinas diarias, y de algunos por su vestimenta estuve segura que eran los mismos y ellos me reconocían a mí, no me quedan dudas, y comenzamos a saludarnos primero más tímidamente, y al cuarto o quinto día ya con una alegría manifiesta, como viejos amigos que sorpresivamente se encuentran donde menos se lo imaginaban…

Creo que una cuarentena así no se sufre para nada y eso es maravilloso que ocurra. No se daba en el centro en Bariloche, hoy a la mañana cuando estuve en varias diligencias, pero sí se da en Villa Los Coihues, este es otro mundo, no me quedan dudas al respecto. En la ciudad todos caminan apurados, todo te lo complican, para entrar a algún lado, para salir, lo que pasa es que pierdes totalmente la libertad de decidir lo que quieres hacer, lo que tu alma necesita. Este es otro mundo, acá respiras libertad y es eso lo que me hace sentir esta felicidad que rebalsa por cada uno de mis poros… y no necesito agregar más nada.

Hoy 19/6/2020 cuento cómo la vida me sigue transformando. Ayer escuché en la radio al intendente en una conferencia de prensa con el director del hospital sobre la situación del covid en Bariloche y la verdad es que algo se movió en mi comprensión: esto de la cuarentena o lo hacemos entre todos o no se termina más.  Digamos que yo recién tomé conciencia de esto. No importa que mi sistema inmune esté fuerte, igual puedo ser vehículo de contagio para otros, y la cuarentena se hará eterna. O lo hacemos todos juntos, o no se termina más… Y me sonrío pues yo estoy practicando desde hace años para hacer todo con conciencia, digamos con presencia, que es lo mismo, pues ¿cómo estar en el presente si no estás consciente? entonces me puse en marcha y empecé a cambiar pequeñeces en mi vida. Por ejemplo proponer a quien me ayuda en la casa que a partir de ahora las dos vamos a mantenernos con el barbijo, y explicarle lo de la conciencia en todo… Y al ir al supermercado hoy, ingeniarme para que el desinfectante que me ponen en una mano, me lo pueda pasar a conciencia por las dos.  Para ello tuve que buscar donde apoyar todo lo que transportaba en la otra mano… me río y me divierto con estas pequeñeces, y así puedo seguir disfrutando y agradeciendo la vida que me ha sido dada…

Esas fueron dos circunstancias bien diferentes, pero cambios así ocurren constantemente y todo cambia y vuelve a cambiar y voy procurando sacar una enseñanza de cada cambio que ocurre, de cada persona a la que escucho, o que se me acerca.

Pero además está todo el movimiento emocional, ese atisbar por la ventana para ver si alguien pasa por la calle, alguna persona o aunque sea un coche, o en la casa de mi vecino, ver que alguien se mueve, que sube o baja la escalera… Me siento muy sola, y si bien disfruto de cada cosa que hago, ya sea cocinar, como escribir, o estudiar, o limpiar mi casa, etc; quisiera ver a alguien, conversar con alguien y ya ni siquiera pienso en abrazarlos. Necesito sentir que en este mundo hay otros especímenes humanos semejantes a mí, que no estoy absolutamente sola…

Tengo hijos acá en Bariloche, pero ellos trabajan desde su casa y hacen cuarentena extrema, o sea que no los veo, y enredados en sus intereses, se comunican poco, yo los entiendo.

He escuchado a varios maestros y videntes respecto a la etapa que nos toca vivir en esta época. La humanidad va cambiando en procesos muy largos, digamos por eras, y a nosotros  nos toca ahora la “era de Acuario” que se caracteriza en que tenemos que soltar el pequeño yo, (yo tengo, quiero, busco, necesito, deseo) y pasar al nosotros como familia, grupo, equipo, congregación, corporación, etc.

Poder ser eso que cada uno es. Nos corresponde aportar nuestra individualidad al grupo, desarrollar ese potencial que traemos, que en definitiva es eso que más nos gusta hacer. Esto por supuesto nos mueve mucho ya que trae dudas e inseguridades y más cuando uno está queriendo ser auténtico, impecable en todo, y sobre todo no auto-engañarse.