Para compartir con Uds.

En estos días estuve participando de un taller grupal donde se nos movieron muchas emociones a todos y a partir de allí es que ahora estoy escribiendo esto.  Entonces me pregunto: ¿Para qué y para quién escribo? Para quienes pueden escucharme dando su tiempo, porque también se interesan por las mismas cosas que yo.

También me pregunto: ¿Cuál es mi propósito para estar acá, y el de cada cosa que decido hacer en mi vida cotidiana? Lo que en mi vida busco es “VIVIR”, con más conciencia. EXPERIMENTAR LA VIDA, sin más, vivirla, dando cada paso con toda la ATENCIÓN posible, siendo más o menos consciente de si ese paso  fue equivocado o correcto, si estuve presente en ese paso o no lo estuve. La conciencia y el testigo son los que registran cómo la estoy viviendo. En definitiva mi propósito es vivir la vida con más presencia. Y lo que estoy haciendo como primera cosa, desde hace tiempo es recurrir al cuerpo, ya que el ser profundo se manifiesta a través de las sensaciones: (1) – Enderezar mi espalda, (2) – respirar profundo, y soltar despacio, (3) – intentar no quedarme apegada a lo viejo. (4) – al escuchar lo que comparten mis compañeros, voy reconociendo si esto a mí me pasa, o ya no, o sólo a veces. (5) – quiero vivir intensamente cada experiencia, tanto mía como la de otros. (6) – quiero poder sentirme tímida, avergonzada, rara, ya que ésta soy yo en este aquí-ahora, permitirme ser, como un juego, actuando, jugando mi papel…

Siento que al inhalar tomo la vida, y que al exhalar la entrego, la suelto. Conozco la importancia de la respiración y que así cómo respiro, así vivo.  Y como una pregunta nos abre a más y más preguntas, entonces me pregunto: ¿Estoy siendo consciente de c/respiración?; ¿Estoy relacionándome con todas estas personas como yo quisiera? y ¿Recibiéndolos así tal cual son sin querer cambiarlos, dándoles a la vez yo de mí el servicio que c/u esté necesitando?; y ¿Qué tengo para dar al grupo? Tengo para darles mi “Presencia”, el espacio, el refugio, lo que sienta que cada uno necesita, una escucha sincera, el tiempo que eso pida… y hasta podría ser inspiración de vida para ellos.

Ya he podido darme cuenta de que tengo un gasto enorme de energía cuando me resisto a lo que de verdad siento y quiero hacer. Los sentimientos y las sensaciones son para ¡sentirlos! pues nuestro “Ser profundo”, o Alma, nos está diciendo, avisando y guiando de alguna manera con lo que sentimos: “Mira, presta atención a dónde pones cada pié pues si tropiezas, te puedes romper un hueso.” por ej. Cuando puedo darme cuenta de dónde está mi energía en determinado momento me permito hacer lo que tengo ganas de hacer, me  permito dejar que salga: la voz, el grito, el canto, el llanto… el baile, el salto, lo que sea, que salga… pues allí es donde está mi energía, en ese momento. Y la energía es pura vibración, nunca se queda quieta, y tampoco es para acumularla.

No hay duda alguna de que la MEDITACIÓN ayuda, no es solo algo que uno hace para relajarse o sentirse bien, es para conectarme con mi ALMA para escucharla, conocerla, amarla y entenderla, para aceptar su dirección, y para que no siempre sea mi cabeza o el ego los que guíen mi vida.

En el Taller seguimos trabajando en parejas, con las sensaciones y el sentir, pero entonces todo era desde nuestro lugar más profundo, no ya a través de los ojos, ni copiando movimientos de otro con todo el cuerpo, sino desde lo más profundo nuestro, desde “las entrañas”. Todo lo allí vivido me abrió a otro tipo de sentir y a reflexionar sobre muchas cosas que siento y pienso y que por mi forma de ser, y mi programación me gustaría poder contestarme. De eso es de lo que sigo escribiendo a continuación.

Casi en todo momento, ya sea que esté paseando, trabajando, cocinando, conversando o viendo una película, casi en todo momento, siento que ya conozco lo que sigue, como si ya hubiera vivido todo eso y paso a paso puedo ir “reconociendo” lo que sucederá. Entonces nada me asombra, sería casi como que el asombro hubiera desaparecido de mi vida cotidiana, como si hubiera sido reemplazado por varios ¡Ah!, esto ya me pasó, y sonrisas de disfrute. Me pregunto entonces: ¿Es algo sólo  mental? ¿Esto me estará jugando en contra para todo lo que son mis propósitos de vida? Hay cosas que me constan que se repiten y no una sino varias veces, y otras no lo sé. No hay dudas de que somos seres muy repetitivos, de que nos maneja la “comodidad”, lo ya aprendido y lo copiado a otros. He decidido sonreír, aceptarme con mis rarezas, y decirme: “¿Será o no será?, nadie lo sabrá.”