Querida mía: Cada vez que veo y hablo con nuestra amiga común, indefectiblemente sale el tema de lo que te está tocando vivir. Eso no lo elegiste vos, lo ha elegido tu alma, en vibración simpática con la de ese ser que se estaba preparando para una nueva encarnación, para una nueva experiencia de vida, que le permita un nuevo crecimiento… Para que entiendas porqué te digo esto, te copio un texto que resumí de lo que dice en un video Emilio Carrillo. 

«TUS HIJOS SON MUCHO MÁS QUE TUS HIJOS, ELLOS TE ELIGEN (Mindalia, Carrillo) Si las familias supiéramos más de educación, nadie estaría buscando la iluminación, pues todos estaríamos iluminados. Nuestros hijos son mucho más que nuestros hijos, pues ellos no son niños, pueden tener mucha más “edad” y evolución que muchos de nosotros. Ellos, como nosotros, son “conductor y coche” y al venir a manifestarse a este plano necesitan un coche y eligen que taller se lo armará, para que les sirva para expresar sus talentos en esta vida… Entonces, no nos confundamos, no son menos ni más que nosotros, no tienen que aprender, no les tenemos que “domesticar”, pueden venir de otras dimensiones con un gran bagaje de experiencias, vienen a ser ellos mismos, el coche necesita tiempo para desarrollarse, adquirir potencia y capacidades, el conductor viene a manifestarse, sus comentarios, como vienen desde la inocencia, sería bueno que sean escuchados… Llegan justo a donde se los necesita para hacer esa experiencia de crecimiento, que están ya en condiciones de hacer. No quiero convencer a nadie, escucha y siente qué dice tu corazón, no tu mente, haz tu propia experiencia».

Esto me ayudó a mí, para aceptar que alguien muy cercano a mí, un familiar, se sienta tan enojado conmigo, que decida no tener más relación, de ningún tipo, desde hace seis años, viviendo frente a mi propia casa. Sí, es muy doloroso, pero te digo que recién ahora puedo saber que es eso del «amor incondicional». Entonces ahora puedo comprender, sentir en mi propio cuerpo, las dolorosas circunstancias que estás viviendo.

Y te digo algo más, intenta comprender también lo que siente tu marido. Su impotencia, su frustración, sus enojos con él mismo, su sentirse fracasado, etc. etc. No lo conozco, pero quizás no tenga la preparación interna que sí tienes vos… Has tu parte, no mires la de él, quizás está haciendo todo lo que puede… Ya sé, querida mía, es un trabajo  «de tiempo completo», agotador…, pero piensa que el verdadero trabajo interno es de tiempo completo también…

Y hacemos lo que podemos… Todos pasamos por circunstancias movilizadoras, y en algún momento, ya pertenecen al pasado, ya es otra cosa, diferente… Y necesitas mantener tu cuerpo, tu organismo en condiciones, descansar, hacer tus prácticas… comer saludablemente, distraer tu cabeza de ese tema central, estar un poco en contacto con la naturaleza, caminar… pues sino la que va a enfermarse eres vos. 

Te cuento que cuando mi marido estaba ya en situación terminal, era crudo invierno, estaba todo helado, y nosotros dos solos durante muchos, muchos días, acompañándonos en nuestra dolorosa despedida… Cuando un hijo, o algún amigo venía a estar un rato con él, yo averiguaba hasta que hora se podían quedar, y ese tiempo salía bajo la lluvia , la nieve o a las patinadas y con bastones, sobre el hielo, a despejar mi cabeza, a la que ya no quería escuchar más.

Además necesitas poder contar a alguien como te sientes, sacarlo para afuera, y no optar por callarlo. No sé tampoco si allí tienes quien simplemente escuche tus desahogos, pero si en algún momento quieres escribirme, que también puede ser una forma, no dudes en hacerlo, que dentro de la semana en que escribas, yo en mi único día semanal que tendré internet, te contestaré. Esa podría ser mi manera de acompañarte. Cuenta conmigo! Haz que tu cabeza descanse…, y tu cuerpo descansará. Quien te quiere mucho, tu mamá sustituta.