19/4/25, (Pag. 40). Los pensamientos ruidosos y negativos son compañeros difíciles; cuando aparezcan fíjate como afectan tu energía. Escribe sobre eso. Los pensamientos que me aparecieron con lo que pasó hoy, no fueron ruidosos y negativos, pero sí, veo cómo afectaron mi energía. Me pareció que la persona con la que estaba, y a quien aprecio realmente, se alejó hoy molesta por mi actitud, o por algo que le dije o que no le dije… No sé bien, pero veo que un sentimiento movió pensamientos y bajó mi energía… Quisiera que no estén, hasta tanto pueda ver y hablar nuevamente con la persona. Ahora escribe sobre el espacio tranquilo que podrías crear si dejaras de prestarle atención. Justamente, ahora para escribir sobre esto, necesito tener la mente tranquila, y el decidir hacerlo, fue también una manera de poner el foco de mi atención en otra cosa, y así liberar mi mente.

20/4/25, (Pag.42). ¿Quién ve cuando tú ves?; ¿Quién oye cuando tú oyes?; ¿Quién es el que observa los sueños?; ¿Quién ve la imagen reflejada en el espejo? Hay una parte inmutable en ti, que te observa. Respira profundamente varias veces y conecta con ese “testigo”. ¿Qué sientes al entrar en contacto con él? ¿Percibes la tranquila separación entre tu mente y el mundo exterior? Sí, percibo claramente que el mundo exterior es realmente un mundo de cosas y sucesos de todo tipo y que yo soy una cosa más de ese mundo, que tengo la capacidad de observarlo. El vaso con agua que tengo al lado, no tiene esa capacidad. Y allí me pregunto: ¿quién es este yo que tiene la capacidad de observar lo que pasa en este mundo? Y me respondo: “Soy un ser humano, vivo, que se da cuenta que tiene una mente que está separada del exterior”.

21/4/25, (Pag. 44), Haz una lista de las cosas que mejor te describen. Puede incluir tu nombre, edad, género, empleo, origen étnico, relaciones familiares, etc. Solo escribe lo que dirías para responder a la pregunta de “¿Quién eres?”Diría: Me llamo Diana. Soy esta que ves, tengo 87 años y estoy tratando de disfrutar al máximo esta vida, que se me está escurriendo de las manos. Reflexiona sobre esas etiquetas. ¿Eres consciente de que sería posible cambiarlas y que tú sigues estando allí, viendo que produjo ese cambio?  Escribe sobre esto Sí, veo que las “etiquetas” son simples palabras descriptivas, que en realidad tienen que ver con la imagen que deseamos proyectar en nuestro ambiente y que si uno las cambia, pueden describir de otra manera quienes somos, pero en lo esencial, nada cambió.

22/4/25, (Pag. 46), Tú no eres tus pensamientos, simplemente eres consciente de ellos. Entonces dices: “No soy nada del mundo externo, no soy nada del mundo interno, no soy las emociones, ni los pensamientos, pero entonces: ¿Quién soy yo? Observa el mundo externo: ¿qué hay allí afuera que puedes ver oír y sentir? Estoy viendo el espacio externo, dentro de mi casa. Veo el fuego de la gran estufa hogar, y escucho el crepitar de los leños. Ahora observa tu experiencia interna: emociones, sensaciones corporales, y mente, y escribe sobre lo que puedes ver. Siento que mis manos están frías, que mi mente, busca la palabra más adecuada, y que a su vez, me indica: Puedes ponerte más derecha mientras sigues escribiendo. Emocionalmente siento que quisiera estar con amigos y no sola hoy en casa. Mientras observabas el exterior y el interior, ¿Qué has descubierto sobre ti mismo, sobre el observador de los objetos exteriores e interiores?  Descubrí que lo que llamo “Yo”, es el “Observador”, “Testigo”, o “Conciencia”.

23/4/25, (Pag. 48), ¿QUIÉN SOY YO? es una pregunta realmente profunda y seria. Para eso céntrate en lo que queda cuando ya no hay experiencias ni nada para observar. Poco a poco, podrás llegar a percibir de que tú, ese ser que experimenta, tienes una cualidad con sus propias características, a la que llamamos: “Conciencia”, (que tiene la sensación intuitiva de darse cuenta y de existir). Si observas tres fotos tuyas en edades bien diferentes, verás que siempre, más allá del cuerpo o de la ropa, hay una esencia constante. Escribe sobre quién has sido siempre. Sí, no me quedan dudas, que aunque cambie externamente, e internamente  también, siempre sigo siendo la misma persona. Mis cambios externos fueron y siguen siendo muchos, (en altura, en los rasgos, en lo que expresa mi cara, etc.), pero más aun fueron mis cambios internos, (mentales, emocionales, y en la expresión de mis sentimientos…) Pero en lo que es esencial en mí, o sea en “mi conciencia”, sigo siendo la misma, aunque noto que la búsqueda de esos espacios de silencio, sin pensamientos, especialmente cuando medito, han ido desarrollando la conciencia… Y veo que cambié el “mi”, por “la”, pues comprendo que la conciencia al desarrollarse en algunos, va afectando y desarrollándose en quienes tenga a su alrededor…