Salud emocional es algo que todos queremos y que muy pocas personas poseen. En realidad lo que necesitamos es poder tener 1) – una clara observación de lo que estamos sintiendo, y 2) – un comando o manejo emocional para estar fluctuando en ese equilibrio inestable, que con mucha práctica empieza a resultar un poco más estable. Es algo similar a lo que nos pasa con el equilibrio físico, practicando con constancia lo vamos consiguiendo. ¿Y qué es lo que estoy haciendo conmigo para conseguirlo?

Auto-observación consciente de mis respuestas emocionales descalificadoras: Todavía las encuentro, aparecen en una especie de asombro de que me esté pasando, ¡a mí! algo así, (olvido, error o falta de cumplimiento). Necesité revisar mi historia desde niña, ¿de dónde proviene este perfeccionismo? Por un lado de la influencia Astral (soy virginiana), y de la estricta educación recibida, en la que se nos pedía que todo fuera hecho al máximo posible, ¡perfecto! y así se me creó el hábito de que “nunca es suficiente”, siempre faltaba algo,  y aparecía el deseo de más, y más… Ahora soy más comprensiva conmigo misma, y sigo buscando ese equilibrio, tan escurridizo, en lo que pretendo de mí y de los otros. Me torno más aceptante, más positiva, me descalifico y quejo mucho menos y gano en salud emocional.

Reconocer las actitudes que me impiden expresar mis sentimientos: Aún persisten bloqueos energéticos sobre todo en el chakra laríngeo, debido a la fuerte dependencia de la opinión externa que desde niña me marcó sobremanera. Por buscar ganarme el cariño, el aprecio y el reconocimiento de los otros, inhibía mis propios sentimientos comportándome como decía “el reglamento”. Actualmente ha cambiado la educación, y yo también he trabajado internamente y dependo menos de lo externo, pero aún lamento sobremanera, el haber también educado a mis hijos con la rigidez recibida… Lamentarme por las respuestas dadas en el pasado, que ya no pertenecen a este presente, no ayuda a mi salud emocional. Opto ahora por mostrarme así como voy estando con mis fortalezas y mis debilidades, por hablar de lo que siento, de lo que busco y quiero, observando, describiendo y participando sin emitir juicios. Doy cada vez más importancia a los vínculos y no olvido que las relaciones son nuestro campo de batalla. Es allí donde quiero estar presente, para ver y comprender a ambos participantes.

Ampliación de la conciencia que reduce el impacto de las emociones negativas. El dolor seguirá apareciendo en nuestras vidas, y tiene un tiempo… El sufrir aparece cuando me aferro al dolor, cuando no lo acepto y no lo suelto, cuando no estoy accionando para transformarlo y transformarme y así poder salir de ello. Necesito una atención constante al momento presente, interno y externo, viviéndolo con total aceptación, como una aventura, (pues nunca puedo saber que sorpresas me traerá). El ambiente emocional en el que vivo, es algo endógeno, lo creo yo misma, no depende del afuera.

Dice Estella M. Maruso: “Re-significar la biografía para transformar la biología”
A medida que la vida se despliega, la salud biológica se convierte en una declaración biográfica viviente de la forma en que fue experimentada esa vida, ya sea positiva o negativamente, y ocurre a través de los químicos generados por las emociones. Una gran cantidad de información emocional se está intercambiando permanentemente entre el cuerpo y el cerebro. Lo que pasa en la mente subconsciente se experimenta en todo el cuerpo. De esta manera, la biografía -las experiencias que componen la vida- se convierte en la biología. Al aprender a cambiar la bioquímica corporal generada por las emociones, cambia la forma de percibir la historia de vida, primer paso para recuperar la salud.