Un amigo me envía un link de Internet con el libro “La curación natural de la espalda”  (Dr. Art Brownstein) diciéndome: – ¡Te va a interesar!, cuando estábamos tratando asuntos totalmente diferentes. Yo no entendía de qué me hablaba, pero bajé el libro y me interesó muchísimo por lo que empecé a trabajar con sus ejercicios, y compartiré acá algunos puntos que tienen que ver con el lenguaje del cuerpo, de cómo sanarnos, intercaladas con mis propias experiencias  y comprensiones en este asunto.

La «Postura Corporal» nos delata

Ella habla de quienes somos, hacia dónde caminamos en la vida, de lo que buscamos, de cuán sinceros somos, de nuestra salud, en fin… de nuestra energía…de nuestro bienestar y de lo que nos duele. El dolor es la voz de nuestro cuerpo, y al honrar y escuchar al cuerpo, la curación empieza a ocurrir pues el cuerpo sabe lo que necesita hacer. Quizás ese dolor, sea sólo la punta del iceberg, que nos hace comprender de que hay otro dolor, muy profundo, mucho más sutil y reprimido desde la infancia.

Ayuda el meditar reflexionando sobre los procesos dolorosos ya vividos. Quizás no hayamos expresado nuestra agresión por evitar todo enfrentamiento y conflicto con otros; o no hayamos dicho  “no quiero” cuando eso sentíamos. Cuando ya empezamos a expresarnos (hay miles de maneras para ello), ya estamos en el cambio. El cuerpo es sumamente sensible a pensamientos, de seguridad-inseguridad, de preocupación, miedo, y lo demuestra generando tensión muscular.

Necesitamos aprender a distinguir los pensamientos que nos ayudan a relajarnos, los positivos, de los negativos que nos enferman, y aprender a seguir al que elijo. Escuchando al cuerpo, poco a poco, cambiamos el estilo de vida, nos sentimos otra persona, pues habrá ocurrido una profunda transformación personal,agradeciendo a la “Vida” por habernos dado esa oportunidad para crecer y evolucionar.

Necesito una «Columna Vertebral» sana

Por eso, antes de ayer, domingo de Pascuas, cuando decidí subir la cuesta desde el río a mi casa, les dije a mis amigos con quienes estaba feliz charlando bajo el cálido sol de otoño, sentada sobre una gran piedra del río, – “Yo ya empiezo a subir, porque quiero hacerlo a mi ritmo, en silencio, con total atención” y partí… Esta subida de entre 80 y 100 mts. de desnivel y 800 mts. de largo ya la vengo subiendo desde hace muchos años pero cada vez mis piernas se quejan más, no quieren ese esfuerzo, y yo se los sigo pidiendo, les explico que es para que se fortifiquen, que si bien ya lo hicimos el viernes y el sábado, el hecho que hoy se los pida de nuevo es para ver si respetando sus posibilidades, y un ritmo lento les resulta cada vez más fácil y puedan hacerlo con tanto entusiasmo como el que pongo yo.

Y me sorprendí de lo que pasó: Al notarme con los dientes apretados, decidí cuidar ese detalle también, acomodar la respiración al ritmo que variaba según las dificultades del camino, ya que no era nada parejo, y mantener una postura erguida sin rigidez. Llevaba dos cañas como bastones, con las que completé cuatro apoyos o patas que se apoyaban en una secuencia perfecta, tal como lo hacen los animales… La felicidad que sentía me hablaba de que la opción adoptada era acertada. Al rato ya me encontré repitiendo mentalmente una frase, o cántico, o mantra… que decía así: “Subo la cuesta respetando el propio ritmo, respiro consciente y no aprieto los dientes, atiendo la planta de los pies en cada paso…”Así pude llegar en menos tiempo, sin que el cuerpo pidiera descansos y muy feliz.

«La columna vertebral»

Presenta varias curvaturas esenciales para nuestra salud, en especial la del cuello y la de la zona lumbar (lordosis) y músculos débiles o muy tensos, (recordemos que no hay músculo que sane mientras siga tenso), no podrán sostener la columna alineada, ni la postura erguida cuando estamos de pie, sentados, caminando, corriendo, o haciendo otros movimientos. Los cientos de músculos diferentes de la columna están conectados y coordinados para moverse como una unidad armónica, elegante y precisa, avisándonos en forma de dolor cuando la salud de la columna está en peligro.

Cuando los músculos se contraen repetidamente, aumentan su fuerza y su tamaño (estando bien nutridos) y realizan más y mejor trabajo. Con estiramientos repetidos los músculos se hacen más flexibles y más largos facilitando el movimiento articular. Con músculos tensos y agarrotados se restringe el movimiento.

“El Tono muscular”

Es una leve contracción que mantiene al músculo activo pero en reposo, mientras está descansando, y lo predispone a una acción eficaz cuando se lo necesite. Los músculos no pueden vivir sin el suministro nervioso. El incremento de actividad en el sistema nervioso causa un aumento en la tensión o tono muscular, de donde se deduce que el constante estrés en el que vivimos, al incrementar el tono muscular, aún en reposo los músculos están rígidos y tensionados.

“Equilibrio muscular”

Pares de músculos opuestos trabajan como “antagonistas” o “complementarios”, un desequilibrio entre ellos causa un empuje desigual, desgasta articulaciones y desemboca en estados crónicos (artritis, por ej.). Las articulaciones sanas requieren pares de músculos sanos y equilibrados para moverse suave y eficazmente. La musculatura de la espalda es una encrucijada en el centro del cuerpo por la que la mayoría de los músculos del cuerpo deben pasar: la parte superior se conecta con los brazos a través del cuello y los hombros, la parte dorsal conecta con pecho y costillas y la parte inferior con la cadera y las piernas. Por eso si alguno está tirante, o contraído se inicia una reacción en cadena con consecuencias devastadoras e in-habilitantes. Cuando la espalda está tensa, los nervios de la médula se comprimen; órganos vitales resultan dañados. “La Médula Espinal”, importante y delicada parte de nuestro cuerpo, sirve como la mayor autopista, enlace vital entre cuerpo y mente.

«Columna Vertebral y músculos Isquiotibiales» 

La parte posterior del muslo se conecta con la parte inferior del hueso pélvico, y éste a su vez, con la base de la columna vertebral. Cuando los isquiotibiales están tensos empujan el hueso pélvico, aplanando la curvatura lumbar normal, recargando los discos, y desalineando toda la columna y a veces, con contracciones musculares muy dolorosas. La vida actual nos hace permanecer mucho tiempo sentados, y los isquiotibiales suelen estar muy tirantes. Evitaríamos muchos problemas estirándolos varias veces.

«Músculos abdominales» 

Cuando están flojos y débiles, no dan apoyo a la columna vertebral, y la arriesgan a sufrir lesiones. Cuando están bien estirados y tonificados, a menudo, los dolores de espalda recurrentes desaparecen. Los “psoas ilíacos” son poderosos músculos de la región abdominal que conectan los huesos de la parte superior del muslo con la columna. Ante fuertes tensiones de la espalda, los psoas suelen cerrarse en dolorosas contracciones, (dolor a ambos lados de la ingle) para evitar que la columna vertebral se mueva y se dañe la médula.

Necesitamos tener una espalda fuerte y flexible. Los músculos pueden educarse, entrenarse, fortalecerse, flexibilizarse y así serán sanos. La mente (que genera entre 600 a 800 pensamientos por minuto) influye en gran manera sobre todo este proceso. El aumento de estrés o tensión mental se traduce en un torbellino de actividad, en más miedo, preocupación, ansiedad y en una mayor tensión en los músculos. Esta conexión entre la mente y el cuerpo se ve en “la postura”, (que con el tiempo puede quedar fijada), dándonos valiosa información sobre los pensamientos y sentimientos de una persona. Persona deprimida: postura inclinada, hombros caídos hacia abajo y adelante, manos y cabeza bajas. Persona feliz y animada: cabeza elevada, hombros hacia atrás, columna erguida, su postura muestra su energía. Los detectores de mentiras conectan electrodos desde la persona a un polígrafo que mide la tensión muscular,  la que aumenta cuando no dice la verdad. Para curar cualquier dolor uno debe buscar y entender qué es lo que lo causa.

Ir más allá del “dolor”

El dolor es un potente mensaje natural de la infinita inteligencia del cuerpo, que indica que algo va mal, y garantiza nuestra atención. Es nuestro camino de vuelta a la salud. “Dolor significa que allí hay vida”. Su propósito es que lo observemos de cerca, con interés, que aprendamos dialogando con él, que le perdamos el miedo. Es una experiencia del cuerpo y de la mente que te fuerza a cambiar tu forma de pensar, sentir y actuar. Tomar sustancias químicas para suprimir los mensajes naturales del cuerpo resulta dañino y doloroso.

“Endorfinas y Encefalinas”

Son sustancias químicas poderosas del sistema nervioso que el cuerpo utiliza para regular el dolor, bloqueando los impulsos nerviosos que viajan al cerebro, siempre que éste no aporte nada a los más altos intereses del cuerpo. El ejercicio físico, la risa, la relajación profunda, y las técnicas de relajación del estrés, estimulan la producción de endorfinas y encefalinas.

El ciclo «Dolor-Miedo al dolor»

Círculo vicioso que crece por sí mismo, se puede romper  abordando a los dos en simultáneo; al miedo con técnicas que ayudan a calmar y relajar la mente. Si la mente se relaja, los músculos también y el dolor disminuye. Estirar los músculos, relajarlos  y respirar hacen que el dolor  y el miedo se calmen.

Podemos intentar entender las razones mentales y emocionales más profundas del problema que tenemos. Una forma de hacerlo es escuchando qué nos dice el dolor: esto es un arte, y la mejor forma de hacerlo es estando profundamente relajado. 1) precisas entre 30’ a 60’ en el día, totalmente desconectado del resto del mundo. 2) acostarte de espaldas, la columna bien apoyada, rodillas y pies más arriba. 3) relaja el cuerpo y la mente, simplemente acompañando tu respiración. 4) ya relajado, quédate observando el dolor con una mente abierta y tranquila. 5) escucha al dolor con tu sexto sentido, (intuición), ¿Qué es lo que te quiere decir?  6) El cuerpo sabe cómo curarse y si aprendes a escuchar el dolor, (lenguaje del cuerpo) aprendes cómo curarte.

«Aceptando al dolor como amigo y profesor»

El dolor crónico o el actual casi siempre tienen raíces emocionales, entre ellas: miedo, frustración, aflicción, pena, enfado, estrés. Escuchando al dolor, podemos sanar no solo el problema sino todo nuestro ser profundo. Sea lo que sea lo que uno sienta, se registra en el cuerpo.Todas las emociones, aún las reprimidas e inconscientes, generan poderosas sustancias químicas que se almacenan en el cuerpo, creando tensiones y estrés. A veces cuando nos sentimos culpables buscamos inconscientemente, un castigo, que nos provoque dolor. Cuando algo nos duele, (cualquier tipo de dolor), será más saludable compartirlo que esconderlo. Al compartir el dolor, uno libera la carga del cuerpo y da permiso a los demás para que también lo hagan. Y uno así se siente más conectado con la gente en general.

«Estiramientos para una postura sana»

Cuando hablamos de la parte inferior de la espalda sana nos referimos a la “lordosis lumbar” (curvatura natural que inclina levemente la espalda hacia atrás, manteniendo el centro de gravedad y el peso repartido). La parte delantera de las vértebras son menos densas y fuertes que la trasera, y no pueden soportar mucho peso, por tiempo prolongado. Tendemos a inclinarnos hacia adelante para sentarnos, pararnos y andar… y esto empeora a medida que nos hacemos mayores. Una espalda con músculos fuertes, sanos y flexibles, mantiene la lordosis natural a toda edad. Estiramientos de yoga ayudan a restaurar una postura sana para la espalda. Una columna vertebral fuerte es nuestro mayor apoyo en la vida. Si uno no tiene confianza en su espalda, vivirá con miedo constante. La mente afecta al cuerpo y el cuerpo afecta a la mente.

«Empezar un programa para fortalecer la espalda»

Necesita tener las “lesiones curadas” con descanso. Luego viene el fortalecimiento progresivo cuidando de no sobrepasarse, mediante estiramientos y contracciones que al pedir más oxígeno, hacen que aumente el flujo sanguíneo, con expulsión de las toxinas de  músculos, vértebras, articulaciones y discos. Con el tiempo los músculos que se contraen repetidamente se fortalecen, pero pueden quedar cortos y agarrotados si no se estiran sistemáticamente. Por eso “estirar primero antes de cualquier técnica de fortalecimiento”. Escuchar al cuerpo es fundamental para no seguir lesionando. Recordar los 6 principios básicos: 1) – No forzar ni tensar. 2) – No ignorar el dolor. 3) – Atención a la respiración, 4) – Descansar siempre que se lo necesita es inteligente y sano. 5) Descansar un día entre sus días más agitados. 6) – Sin olvidar que “cuanto mayor sea la inactividad, más duro será volver al juego”. Todo se reduce a saber cuándo y cuánto moverse, cuando descansar y cuánto tiempo. Para esto aprender a escuchar al cuerpo y a responsabilizarte de la propia salud, y la propia vida.

«Estrés versus relajación» 

Si quiero mejorar mi postura es fundamental que aprenda a relajar y controlar el estrés, lo que pienso, lo que imagino y lo que siento. Entender la conexión entre la mente y el cuerpo puede ayudar a que uno entienda como funciona el estrés. El estrés activa y estimula el sistema nervioso, el aumento de tono y de tensión muscular, causando contracciones espasmódicas a veces, provocando lesión y dolor corporal. Todos sabemos cómo el malestar físico afecta nuestro humor y lo que pensamos, pero no nos es tan obvio que la mente, o sea el estrés, influye en el cuerpo.

El estrés baja desde el cerebro a través del sistema nervioso, hasta cada órgano y tejido del cuerpo, afectando especialmente las actividades del sistema nervioso autónomo: respiración, presión sanguínea, temperatura corporal, la vejiga, la función intestinal, el tono y la tensión muscular en reposo, y otras muchas funciones importantes. El sistema nervioso autónomo está compuesto por el sistema simpático y el parasimpático. El simpático: es muy sensible al estrés, excita al cuerpo, da velocidad al metabolismo, mientras que el parasimpático, calma el metabolismo e induce a la relajación. El estrés incontrolado, durante meses y años causa tensión muscular crónica,  mutila en especial a la espalda, deformando la columna.

Aprender a relajarnos, reduce la actividad del simpático, y al parasimpático lo fortalece. Al equilibrarse ambos sistemas, la columna puede volver a alinearse. Pagamos cara nuestra ignorancia, la pagamos con enfermedades vinculadas al estrés y a la ansiedad. Las drogas tranquilizantes, tan recetadas, no ayudan a la raíz del problema.

Efectos de la “Relajación Profunda”

Cuando los músculos contraídos se relajan, se alargan. Se abren los diminutos vasos sanguíneos, mejora el flujo sanguíneo y los tejidos de esa área se descongestionan, (inflamación e hinchazón, son signos de lesiones agudas y crónicas). La mejora del flujo sanguíneo aporta: más oxígeno, más nutrición, y mayor expulsión de las toxinas musculares. Allí las articulaciones dañadas o enfermas pueden empezar a aliviarse y a sanar. Una columna vertebral tensa es más propensa a lesionarse que una flexible, músculos suaves y flexibles evitan lesiones futuras, por caídas o imprevistos. La relajación profunda funciona tanto en la mente como en el cuerpo, porque ambos se influyen mutuamente, calmando y estabilizando. Al relajarnos liberamos estrés y se produce naturalmente la curación. Los pensamientos ansiosos inundan tu sistema nervioso con impulsos nocivos, que mantienen los músculos en contracción constante. Una columna tensa y rígida puede desalinearse incluso con un estornudo o al atarte los zapatos. El momento para relajarte es cuánto más apurado estás, cuando menos te lo puedes permitir. La relajación profunda da beneficios más allá de calmar dolores como ser: 1) – Conocer lo que es la serenidad interior y discernir entre estar centrado y descentrado. 2) – Ser más consciente de situaciones estresantes, de sus efectos sobre el cuerpo y de cómo evitarlas. 3) – También de las dolorosas consecuencias del miedo y del enfado. 4) – Tendrás más energía y menos ansiedad. 5) – Muchas molestias y síntomas médicos van mejorando. Se recomienda hacer una relajación profunda, una o dos veces por día entre 20’ y  30‘ cada vez, con el estómago vacío, estando cómodo, tranquilo, y libre de distracciones. Practicada de forma regular, (aun cuando nada duela) es salvadora. No te preocupes si te duermes, la falta de sueño y descanso es una de las causas del estrés.

«Respirar y sanar»

La respiración es el vínculo entre el cuerpo y la mente. A alguien muy agitado, ansioso o con estrés, se le trastorna la respiración, se acelera y se hace poco profunda. En general nadie presta atención a su respiración, pero el cuerpo depende del flujo continuo de oxígeno que va desde los pulmones, por el torrente sanguíneo, hasta cada célula y tejido. Cuando la respiración se torna más suave y relajada, se calma la mente, el sistema nervioso, y se reduce la tensión corporal.

Respiración con sonido: («Ujagi», poderosa técnica proveniente del yoga) Tranquiliza la mente, calma los nervios y ayuda a relajar todos los músculos. Buscar la posición para permanecer muy cómodo y quieto durante 10 o 15 min. Inspirar por nariz y espirar por la boca, diciendo ¡aahhh! muy suavemente. Con la boca ahora cerrada, y respiración nasal, céntrate en el sonido áspero que produce el aire al pasar por la garganta tanto al inspirar como al exhalar. Reduce la vibración de ese sonido áspero como para poder escucharlo solo vos mismo, y nadie más. Practicar esta respiración sólo 5 min. al día marcará una gran diferencia en la salud.

«Visualización para sanar posturas corporales»

“Una imagen vale más que mil palabras”. A la mente y al cerebro les gusta pensar en forma de imágenes. Si uno puede formar una imagen en la mente será más fácil comprender un concepto, ¿No es así? En el “soñar despierto” también formamos imágenes de lo que queremos que ocurra, o de algo que podría haber ocurrido. El cerebro convierte esas imágenes, sean reales o imaginarias, en impulsos nerviosos y el cuerpo reacciona a ambas de la misma forma, produciendo cambios psicológicos beneficiosos o dañinos, según sean las imágenes.

Para sanar tu postura puedes verte en tus actividades favoritas con movimientos gráciles y flexibles, respirando profundo mientras observas tus movimientos. Saca esas imágenes de tu mente y tráelas de nuevo cuando así lo decidas. Mientras más vivas y realistas puedas hacer tus imágenes, y más seguido repitas la que más te inspire, más rápido lo tomará tu cuerpo. Con un poco de paciencia y perseverancia, y pronto tus imágenes se volverán realidad.

Cómo ayuda “Meditar”

Meditación es un estado de relajación con aumento de la consciencia mental que ocurre cuando la mente está quieta, tranquila y completamente absorta en el momento presente. No es algo místico o mágico, es algo natural que nos hace sentir muy bien. Se produce cuando no hay pasado ni futuro, sino solo lo que está pasando en ese sitio y momento. Niños jugando, o cuando practicas tu deporte o hobby favorito, son ejemplos de estar absortos en el momento presente. Puede que tengas hambre, o frío, pero te sientes tan pleno que no quieres cortar ese momento. Lo mismo pasa con la meditación: absorción total en el momento presente. Hay muchas maneras y técnicas para meditar y todas parten de un relajamiento profundo con respiración consciente. Aparecerán pensamientos pero no te preocupan, no los atiendes, no te vas con ellos, los ves, estando pasivo como algo que en este momento no tiene nada que ver contigo, los ves pasar como nubes a la deriva que están fuera de ti y también dentro de ti, entran y salen, vienen y van, no te interesan ahora. Siente cómo el cuerpo y la mente se relajan cada vez más. Cuando lo sientas conveniente, luego de unos 10 o 15 min, abres tus ojos y tranquilo vuelves a tu quehacer.

¡Cada uno es el  responsable de controlar su estrés, no hay culpables externos! Una vez muy relajado sueña despierto, imagínate caminando, nadando, tomando sol, etc. en ese lugar donde te gustaría estar. Disfruta de los colores, los aromas, los sonidos, las luces y las sombras. Siéntete realmente allí. No tienes ningún apuro, entrégate totalmente al disfrute, ofrece esto a tu espíritu ya que es incuestionablemente sanador. “Cuanto más respetes los límites de tu cuerpo, y confíes en él, más fuerte se hará”.