29/4/25, (Pag.62). Todos tenemos una cantidad de energía que no proviene de haber comido o dormido, y a la que podemos recurrir en todo momento. Brota espontáneamente de nuestra profundidad, pareciera proceder de una fuente superior, nos restaura, y recarga proporcionándonos vigor y alegría. Escribe sobre ese surgimiento energético, cuál era el contexto, y como era sentirse así.
Hoy justamente vuelve a ocurrir una “sincronía” con mi empleado, (que es para mí como un hijo pues ya está acá conmigo hace más de veinte años). La chacra es grande, y él está haciendo su trabajo, y cuando yo necesito algo le escribo un mensaje, que en general no alcanzo a mandárselo, pues allí aparece, o para ponerle leña a la estufa o para preguntarme algo. Ese simple hecho a mí me llena de energía, y me sonrío feliz…
Y otra gran alegría que me llena de energía es el aviso de una de mis hijas, de que mañana, vienen a visitarme, y ellos para eso tienen que viajar más de 500 Km. Eso les representa un gran esfuerzo, han de salir muy temprano para llegar a la tarde… Hace casi un año que no los veo, ¡mi alegría desborda!
30/4/25, (Pag. 64) La única razón por la que no sientes constantemente esta energía, es porque la bloqueas. Y lo haces al mantenerte encerrado en un espacio interior muy reducido, cerrando tu corazón y tu mente, escondiéndote en la oscuridad interna. La energía sigue estando pero no puede fluir por estar bloqueada. Escribe sobre que sientes cuando te cierras, cómo eso afecta a tu mente, a tu corazón, a tu nivel de energía y a tu forma de ver el mundo.
Creo poder decir que hace mucho tiempo que no me cierro. La vida me puso en la situación de experimentar un gran incendio donde perdí mi casa con todas mis pertenencias, y la casa de mi empleado, con todo lo suyo. En el primer momento la sorpresa y el miedo quizás llegaron a cerrarme, no podía razonar, pero sí pude con la mirada preguntar: – ¿Qué pasa? – “Hay fuego en la montaña, tenemos que salir lo antes posible. Agarre sus bastones”. – “¿A dónde me llevas, Andrés? ¿Llevo mi campera?”, – “Sí, y la computadora, (en la que yo estaba trabajando cuando él llegó tan agitado…), y la cartera…” –
Ya en la camioneta, pregunté nuevamente: – “¿A dónde vamos Andrés?”; – “A lo de su amiga Mónica, o a donde Ud. me diga”; – “Bueno entonces tengo que mandarle un mensaje a ella.” El TE estaba en mi cartera, por suerte. Se ve que mi mente siguió funcionando… Y a partir de allí comenzó mi gran aprendizaje sobre la solidaridad humana, que es lo que tengo para agradecer al incendio.
1/5/25, (pag. 66) Existen varios centros interiores que canalizan nuestro flujo energético, y el que mejor sabemos abrir y cerrar intuitivamente es el corazón, uno de los centros de energía, que los yoguis llaman “chakras”. Cuando alguien querido hace algo que te hiere, cierras el corazón, y ya su energía no puede fluir. Escribe sobre esa situación en que sentiste que se te cerraba el corazón… Escribe cómo fue ese dolor, dónde lo sentiste, todo lo que pasaba en tu mente, y lo que intentabas hacer para solucionar esa situación.
Tengo una amiga, a quien siento como si fuera mi hija, que nació en un ambiente muy diferente al mío. Ella sufrió en su primera infancia, hambre, violencia, falta de cariño, y abandono. Luego la vida la sacó de ese medio, pudo estudiar, tener una profesión y ahora está jubilada, pero las marcas que dejó ese abandono, siguen estando. Ya no se borran, y a mí me duelen en tal forma que al escribir sobre esto, mis lágrimas ruedan sobre mis mejillas… Y no es que ella haga algo por descuido, o por enojo, sino que es tan “corta”, que no puede expresar su cariño, y eso es lo que yo quisiera, lo que más me duele…
Escribe sobre cómo sería ver todo eso desde un estado de conciencia clara. ¿Puedes describir esa misma situación, viendo una forma más consciente de enfrentarte a ella?
Intento. En este momento estamos viviendo en diferentes lugares y el contacto lo mantenemos a través de mensajitos por el celular. Religiosamente, una vez a la semana, ella me escribe, (tal como creo que hace con todos sus amigos). Me pregunta cómo estoy, y me cuenta del clima allá donde está, que es casi el mismo que donde yo estoy pues nos separan sólo 200 Km. Pero yo pretendo otra cosa. Esa es la esencia de mi malestar. Eso me duele y llega a enojarme. Una voz interior me viene diciendo: – “No te enojes, ella desea saber de vos, pero ya alguna vez te dijo que no le gusta escribir sobre ella… Sabes que mantiene una imagen de mujer feliz, muy risueña, y solo habla de lo que hacen “sus amigas” y de lo que les pasa a los otros. Además debes recordar lo que ese médico te explicó hace tiempo: que la marca de quien fue abandonado por sus padres, es un karma, que dura varios nacimientos…” Todo esto es lo que me viene recordando la voz de mi conciencia cada vez que yo cierro mi corazón…
2/5/25, (Pag. 68): Cuánto más aprendas a estar abierto, más energía fluirá dentro de ti, y seguro que te gustará sentirte así energizado. Tan pronto detectes estar cerrándote, recuerda que podemos aprender a mantenernos abiertos sea lo que sea que pase en el mundo. Necesitas comprometerte a explorar tu capacidad de “no cerrarte”, para poder recibir energía ilimitada. Escribe sobre una ocasión concreta en la que te mantuviste abierto, cuando tus impulsos interiores te instaban a cerrarte. ¿Tuviste que hacer esfuerzos para conseguirlo?; ¿y por qué decidiste hacerlos?
Ya vengo desde hace algunos años explorando mi capacidad de no cerrarme o sea de mantenerme abierta. Cualquier preocupación, o súbito cambio en mis rutinas me cierra, y ya eso me impide conciliar el sueño. Y porque necesito descansar, hago todos los esfuerzos necesarios para que la mente se aquiete…
Ahora completa esta frase: “Puedo mantenerme abierta a mi fuente más profunda de energía en cualquier circunstancia, si estoy atenta al aquí-ahora, presente y consciente a lo que esté sucediendo en ese preciso momento, y a la vez, a lo que pasa en mi interioridad.
3/5/25, (Pag. 70): Si realmente quieres permanecer abierto mantente atento a cuando sientes amor y entusiasmo. Si optas por cerrarte esa sensación se va. Continuamente rechazas el amor, porque no te gusta lo que está ocurriendo, o lo que alguien dijo, o… Cerrarte o abrirte, depende siempre de tu elección. En un momento en el que estés abierto, presta atención a aquello que hace que te vuelvas a cerrar. Sea lo que sea que vieras, anótalo. Escribe sobre cómo te afecta el aferrarte a tus perturbaciones reactivas, como si fueran reales.
Me han invitado a una reunión y van a venir a buscarme a las 17 hs. Quiero dejar lista la cena para la noche, y el apuro, que no es algo externo sino algo elegido o creado por mí, ya es una perturbación reactiva, que trastorna toda mi interioridad. De no haber permitido que el apuro intervenga y actuara tranquila, y sin distracciones, lo más probable es que alcanzara igual. Y así es como ocurrió, yo tuve que esperar a quien me venía a buscar…
Cuando notes que estás reaccionando a un acontecimiento que no te gusta, pregúntate: “¿Realmente merece la pena cerrarse por algo así?”
De esto puedo contar otra minucia que me empezaba a producir esa cerrazón que conozco muy bien. Me estaba cambiando los zapatos para hacer mi caminata diaria, cuando me doy cuenta que el cielo, tan densamente nublado, estaba indicando inminente lluvia. Con solo eso mi corazón se cerró. Me sentí molesta, indecisa, y me pregunté: – ¿realmente vale la pena cerrarse por algo así? Y si bien soy bastante cumplidora con mis rutinas para mantener mi salud, sabía que podría reemplazarla por algo que hiciera dentro de mi casa.
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