Son dos temas tan opuestos, como lo positivo con lo negativo. Con guantes no puedo hacer casi nada, pues se me anula la sensibilidad de los dedos, y la sensibilidad que nos aparece como emoción y pensamientos, cuando no está; nos anula la sensibilidad del Alma. Esto lo ejercitamos en todas nuestras relaciones con nuestros allegados. Es sentirlos, es aceptarlos así como son, sin juzgarlos, sin pretender que cambien.

Me apareció este tema por algo personal que estoy viviendo en la relación con uno de mis empleados. Él a su vez está viviendo algo muy delicado con su salud y yo estoy queriendo orientarlo para que salve su vida pues está obeso, tiene casi 30 kilos de sobrepeso y ya su doctora le dijo que está en una situación de “vida o muerte”.

Él es un buen trabajador y está conmigo desde hace muchos años y como yo ya no hago ningún trabajo que para mí resulte pesado, yo cumplo la función de “Líder”, con él y con todos los que de mí dependen.

Y me pregunto: ¿Qué condiciones tiene que cumplir un buen líder? Creo que las siguientes: 1*) – Soltar el control pues creemos tener el control sobre tantas cosas, pero eso es una ilusión, pues en realidad no controlamos nada de lo importante que ocurre a nuestro alrededor. 2*) – Es la entrega, la de relax total, de volver a ese estado de inocencia infantil. 3*) –  Estar en el momento presente, en el aquí ahora, sin irse a lo que pasó antes ni al después. 4*) – Dar el ejemplo, no limitarse a dar órdenes, cuidar a quienes le sirven y demostrar confianza, al delegarles responsabilidades. Obtendré más respeto si tengo una actitud amable, amorosa, y de absoluta confianza y respeto con ellos, que si quisiera imponerme. 5*) – Ser creativo, enseñarles y pedirles que dejen surgir su propia creatividad en todo lo que hacen. Por ahora se me ocurren solo éstas cualidades.

Vuelvo ahora al estado de su salud y a mis intentos de que persevere, que no decaigan sus esfuerzos, como ya le pasó anteriormente.  La falta de voluntad es la “enfermedad” más difícil de curar. Varias veces intentó pero recayó en lo mismo. Yo le hable mucho al respecto y viendo que hablamos idiomas diferentes y que no nos entendemos, decidí no volver a sacar ese tema.

Pero ésta vez está asustado y parece decidido. Su hígado está con cirrosis siendo que nunca bebió más que un vasito en algún asado. Todo su cuerpo está como envenenado por tortas fritas, pan blanco y una falta total de conocimiento de lo que es comida saludable.

Y yo volví a “adoptarlo”. Entonces lo valoro en todo lo que hace para que comience a sentirse seguro de que él puede, porque como trabajador es voluntarioso y tiene mucha fuerza física. También le convido algo de lo que yo cocino  para que compruebe que se puede comer sabroso y sano. Y pienso este domingo invitarlo a que almorcemos juntos algo simple de cocinar para no asustarlo con recetas complicadas. Termino esta entrada acá, con todo el entusiasmo y las esperanzas de que ambos logremos nuestros cometidos.