En un mundo de tanta tecnología donde puedes llegar a tener “7500 amigos”, ¿cómo puede ser que cada vez haya más personas que vivan solas, y tan desconectadas de lo que verdaderamente importa? La vieja y pura amistad no es un derecho a conquistar, es  una verdadera bendición a ganar. ¿Podrían comprometerse varios verdaderos amigos incondicionales a acompañarse, apoyarse y nutrirse mutuamente hasta la muerte? ¿No sienten que es una bendición saber que pase lo que pase, siempre tendrán a quien acudir en caso de emergencia, para llorar y reír juntos, o para recibir consuelo ante las grandes pérdidas?

Las amistades pueden ser “nutricias”, (las que te llenan de reconocimiento, alegría, e inspiración), o “tóxicas” (las que te vacían de energía, te causan estrés y enferman). Para quien como a mí  es prioridad la salud y vitalidad, hemos de cuidarnos de esas relaciones que apoyan el crecimiento. Sin embargo, muchas veces por razones de las muchas demandas externas, o tentadores pequeños placeres ofrecidos constantemente por los medios, olvidamos a los amigos más queridos. ¿No vemos acaso que la calidad y fortaleza de nuestras relaciones determinará nuestra salud y de cómo viviremos y disfrutaremos de nuestra longevidad?

Interesante es vernos, cuando señalamos un error a otro, ¿lo siento separado de mí o trato de que sienta que somos ambos humanos, parte de una humanidad que también se equivoca?; ¿Puedo darme cuenta si lo que le digo produce más tensión, o si le crea más conciencia? A veces veo el error en mi amigo, pero opto por no decir nada… ¿Esto, lo he decidido con consciencia, al poder darme el tiempo y  evaluar la causa de esa decisión? ¿Conozco que considerando el lugar y el momento, no puntualizar un error, puede resultar un error que no lo está ayudando para nada? Cuando realmente amo a mi amigo quiero su crecimiento, su felicidad, y allí no puede haber juicio ni separación, entonces encuentro el momento y la manera de decirle lo que considero que para él es importante saber.

Las relaciones son nuestro campo de juego y de aprendizaje, necesitamos observar al ser querido y a la vez observarnos, qué estoy sintiendo, qué pensamientos escucho y cuáles desecho, !hay tanto allí… ! Tenemos que desarrollar el testigo si queremos que nuestras relaciones sean nutricias. Cuanto más crece el testigo, más juguetón e intocable nos tornamos, pues confianza, fe, amor y alegría, todo se manifiesta dentro y fuera nuestro.

A algunos de nuestros amigos los conocemos desde la infancia,  a otros desde hace muy poco, pero descubrimos ese sentir mutuo de ser seres afines… Con otras personas, tenemos otro tipo de relaciones, pueden ser familiares, o compañeros de trabajo, o personas que valoramos mucho por su conocimiento, o su servicio, o su manera de estar disponibles, pero no los consideramos aun esos «amigos del alma» incondicionales  con quienes siempre podremos contar mutuamente.

¿Qué consideras que es indispensable que haya para que se dé esa incondicionalidad? – Para mí es la «intimidad» Cuando entra el ego en una relación, o se toma una determinada posición, o hay expectativas, o exigencias, o entra el juicio, o hay demasiada sensibilidad o lo contrario, se pierde la intimidad. Para conservarla necesitamos estar conscientes, desapasionados, presentes,  ir más allá de los eventos, a lo esencial, estando vacíos, sin yo… En síntesis «Intimidad es amar al otro así tal cual es».  Con nuestros seres queridos fluctuamos por momentos entre la intimidad y la falta de ella.

Otra cosa interesante para observar es que todo está cambiando, el mundo, la gente, nuestro cuerpo, las emociones, todo, constantemente cambia.  Comprender esto no nos tiene que entristecer, pues si ocurriera, es que no lo estamos comprendiendo… El mundo es cambiante, el Ser es inmutable. Necesitamos aceptar el cambio y confiar en el Ser. Vivir en la Incertidumbre con conocimiento nos permitirá estar conscientes y sonrientes; nos permite vivir en la aventura. Con conocimiento uno puede ser entusiasta también en la Incertidumbre. Solo entonces nos podemos sentir libres para responder a lo que sea que venga a nosotros. Saber que todo lo relativo y lo material es incierto, nos hace seguros de la existencia de lo Absoluto, de lo Inmutable, de la consciencia y esa es la verdadera fe. 

Es interesante poder vernos que nos pasa  con el «tiempo». ¿Cómo estamos viviendo el tiempo?, Me refiero a esos momentos en que estamos con nuestros amigos. Cuando la mente está feliz, se expande, y el tiempo nos parece corto. Cuando la mente está triste, aburrida, o quejosa, se contrae, y el tiempo nos parece largo. Cuando nuestra mente está en equilibrio trasciende el tiempo, entra en meditación, en el silencio!!!! Allí, en especial, estamos verdaderamente con nuestros amigos comunicados sin palabras de corazón a corazón.