13/5/25, (Pag. 94) No resulta difícil ver que el flujo energético más primario es el instinto de supervivencia; que ha ido sufriendo sucesivos cambios evolutivos gracias a los cuales no tenemos tantos peligros externos que amenacen nuestras vidas. Por ello la “autoprotección”, en vez de orientarse a la defensa física, se adaptó a la defensa psicológica del individuo. Ahora necesitamos defender nuestro “concepto de nosotros mismos”, luchando contra miedos internos, inseguridades, y hábitos destructivos. ¿Qué concepto de ti mismo sientes que debes proteger, defender y preservar? ¿Necesitas que te vean como alguien inteligente, exitoso, deseable o atractivo? ¿Si te cuestionan, reaccionas a la defensiva? ¿Sientes miedo? Escribe con libertad y honestidad, abierto a lo que vaya surgiendo. Ya anteriormente escribí que lo que protejo es mi “autoimagen”, escapo de las críticas, quiero que me “valoren”, que me vean como alguien inteligente, una trabajadora espiritual, servicial, bondadosa, como una persona virtuosa.

14/5/25, (Pag.96) Sabes exactamente como cerrar tu corazón, en realidad, todos tus centros, forman un escudo protector psicológico, y así te tornas insensible a las energías que entran en ti y que te atemorizan, aún cuando no estás sufriendo ningún ataque físico. Estás protegiendo tu ego, el concepto que tienes de ti mismo. Hoy presta atención en qué ocasiones reaccionas a la defensiva, y recuerda que puedes observar lo que está pasando y a la vez ser testigo de tu reacción. Ayer fui visitada por tres personas muy queridas y fue tal mi alegría que en ningún momento me pude encontrar estar a la defensiva. Sí, me encontré muy sensible, y como a punto de llorar. Más tarde me enteré que eso era producido porque había “luna nueva en escorpio”… Ahora reflexiona sobre tu día, ¿Pasó algo que despertara tu susceptibilidad, que hizo que se te endureciera el corazón? ¿Qué pensaste sobre esa situación? ¿Te defendiste? ¿Qué protegías?  Fue todo lo contrario, mi corazón se ablandó,  yo solté totalmente mis defensas y estuve entregada a la situación.

15/5/25, (Pag.98) En un momento dado de tu crecimiento interno llegarás a entender que si te proteges a tal extremo, dejas de sentir. Al tener miedo te encierras en tu casa y bajas todas las persianas y al quedarte a oscuras, te es imposible recibir la tibia luz del sol. Lo que has hecho es encerrar a esa persona temerosa e insegura dentro de tu corazón, y ¡así nunca serás libre! Para abrirse basta con dejar de protegerse. Intenta pasar el día de hoy sin defenderte o demostrar tu valía. Tienes que estar muy atento a la energía que motiva tus palabras y acciones… Cuando acabe el día escribe lo que ha pasado. Ya falta poco para que acabe el día, y estoy en casa, sola, y no encuentro ninguna circunstancia en que quiera protegerme, (salvo de mi propia mente) pues no tengo nadie con quien hablar y solo puedo atender lo que motiva mis acciones. En una casa siempre hay mucho trabajo, y veo que voy eligiendo en orden según el placer que me da el hacerlo… En general primero es la cocina, y después el sentarme a escribir. También manda el dejar listo lo que ya empecé.   Mi mente, a veces también resulta una buena compañera: recién pensaba que la vida es como una cinta transportadora circular que no para nunca. Sobre ella vamos los humanos. Algunos corren apurados, en el sentido que va la cinta, (para ganarles a los otros), también están los arrepentidos, que corren en sentido contrario, intentando deshacer sus errores, otros están parados, al no saber a dónde ir, y unos pocos van sentados pues no encuentran a dónde ir…; ya la misma vida nos lleva a todos. Me doy cuenta que en otros días, muchos pensamientos y acciones son para defenderme, (si me critican) o para demostrar mi valía. Al no actuar desde ese lugar, ¿te sentiste vulnerable y expuesto, o en paz?   He sentido una increíble paz, y que esa era, en realidad, la forma de vivir.

16/5/25, (Pag.100). La conciencia tiende a enfocarse en las alteraciones de las energías internas, donde queda atrapada; y ¡eso no es bueno! Si se activaron tus pensamientos, no te dejes arrastrar por ellos. Para ser libre, cada vez que sientas un cambio en el flujo energético: no te resistas ni intentes cambiarlo, solo relájate. Nuestras energías internas son las que suelen dirigir nuestros pensamientos. Observa toda alteración energética que sientas en tu corazón, ¿Eres capaz de sentirte cómodo con eso? Respira, relájate y mira cómo todo eso desaparece. Esa alteración no es más que energía y no puede hacerte daño. Escribe cómo hiciste para liberarte de alguna perturbación. Constantemente nuestras energías internas están en movimiento, afectadas por sucesos externos. Afuera llovía cuando yo iba a hacer mi caminata, y trabajando en WhatsApp, con la computadora y el celular, se tildaron los dos. Estaba sola, me sentí totalmente incomunicada, sabía que mi nuera volvería recién a la noche y, sin desesperarme, decidí cambiar algunas de mis rutinas, y en vez de salir y hacer mi caminata afuera, la hice adentro de mi sala de estar en un ida y vuelta aburridísimo, pero más seguro.

17/5/25, (Pag. 102). Al final lo que empezó como un pensamiento o emoción pasajeros puede llegar a convertirse en el centro de toda tu vida, y si no lo sueltas, puede tornarse incontrolable. Mantente centrado todo el tiempo, y en el momento en que la energía tome una manera defensiva, relájate y ¡suelta!, déjalo ir, mantente a distancia con esa energía, no te vayas tras ella. Hoy intenta percibir cuando tu energía pasa a ser defensiva. ¿Qué sientes en el cuerpo?, ¿hay tensión en los hombros o dolor en el estómago?, ¿Cómo fluctúan tus pensamientos, y de qué tipo son? Hoy cuando me acosté a dormir la siesta, aún no había encontrado nada en lo que me pusiera a la defensiva, pero… mi mente se activó pensando en qué me gustaría comer a la noche, qué ingredientes tenía, y cuáles me faltaban, y todo eso me impedía dormir. No encontraba la forma de parar esa máquina de pensar, y noté que todo eso me tensaba a tal punto, que necesitaba relajarme. Apliqué la respiración que uso para meditar, hasta que conseguí escuchar el Shhhhhhhhhhhhhhhhh, del silencio profundo. Y allí se ve que me dormí. No me quedan dudas que un relajamiento efectivo es la solución  para recuperar el centro.