Todo cambia continua y rápidamente, y nosotros también estamos incluidos en esto mismo. En realidad yo diría que el mundo actual cambia vertiginosamente, y siento que eso me marea, me desubica, no sé dónde estoy parada, me asusta el no poder saber hacia dónde vamos. En charlas con amigos este tema sale continuamente, y algunos opinan que es una cuestión política, sobre todo acá en la Argentina, donde vivimos todos con muchos miedos y que no ocurre lo mismo en los países del norte de Europa donde no conocen las rejas ni los cercos.

Revertir todo esto parece un imposible, creo que la educación temprana con el “respeto por el otro” es muy importante, y eso es lo que más nos falta en nuestro país. Toda la creación es un todo, todos somos partes inseparables del “Ser Supremo”. No tendríamos porqué sentirnos separados entre nosotros. Cada uno somos como los cinco dedos de la misma mano: “todos somos hermanos”, todos pertenecemos al mismo ser.

Dado que me observo continuamente, me veo cambiando de opinión con respecto a mí misma, y también con respecto a otros, a cada rato. Eso me sorprende, antes mantenía firme mis opiniones y llegaba a discutir queriendo que alguien dijera que tengo razón. Ahora en cambio ya no mantengo más nada. De una persona me molesta algo que hace y al ratito la admiro por su grado de observación y memoria. De otra creo que lo que me dice es por algún interés oculto, y en la misma conversación la veo totalmente desinteresada y tan servicial que me sorprendo tanto de ella como de mí misma, al poder verme así, tan observadora.

El clima, sí que es impredecible. Ha sido y es un gran maestro para mí. Con él he aprendido que hay que vivir el momento presente, e ir respondiendo a cada ahora, pues no podemos saber lo que el clima decidirá hacer, y eso no es solo aquí, sino en todo el mundo. Pareciera que hace tiempo las estaciones eran más predecibles, empezaban y terminaban en determinadas épocas del año, y la gente guardaba algunas ropas y  preparaba otra para poder usarlas. Ahora el almanaque me dice que estamos en primavera, pero yo tengo que mantener puesta la ropa y la calefacción tal como la tuve todo el invierno.

Mantengo mis caminatas diarias, lo más que puedo tratando de que sean cuando no hace mucho frío ni ilumina demasiado el sol. ¿Y cómo hago mis cálculos? Viendo que estos cuatro días anteriores, a la mañana no había viento, el lago era algo hermoso, puro reflejos y hacía frío. A medio día, ya soplaba y estaba algo más cálido, pues el viento no venía del sur, pero había mucho sol, y recién como a las 18 hs. todo iba estando justo para que yo pudiera salir a caminar. Así lo hice durante estos tres días anteriores.

Pero gran sorpresa me llevé cuando, repentinamente hoy, el viento cambió de dirección, el ambiente se enfrió muchísimo, y comenzó a llover y hasta por ratos a neviscar. No me quedó otra que hacer ejercicios dentro de la casa. Como toda situación que nos toca vivir, este cambio, vino a enseñarnos algo, lo que hoy aprendí es que todo cambia continuamente, como el clima, y nosotros debemos resolver sobre la marcha, cómo responder a esto que se me presenta, programar menos y aprender a aceptarnos a nosotros mismos, a los otros y a todo lo que ocurra.