No puedo predecir lo que la vida trae para mí en cada momento. Cuando la vida me sacuda, lo que voy a derramar es lo que tenga en mi interior, así como cuando voy con una taza llena de café y alguien me choca, ¿qué se derrama? lo que tenga en la taza, si llevara té derramaría te.

¿Cuál es la diferencia entre consciencia y conciencia? A esto lo venía viendo escrito de las dos maneras. La pregunta se mantenía en mí, la respuesta no me aparecía. Hoy me llega por “casualidad”, por sincronía, (me sonrío), la respuesta llega porque está la pregunta en espera, y milagrosamente un video es el medio y la voz que me trae la respuesta. “Consciencia” es la capacidad de conocerte a ti mismo y a la realidad que te rodea. “Conciencia” tiene que ver más con temas morales, del bien y del mal.

¿Qué son los “Estados de Consciencia”? Es esa visión, esa manera de ver la vida, propia de cada uno. Es algo que está en constante cambio por la vía de las experiencias. El quedarnos fijados a “nuestros sistemas de creencias”, dificulta nuestra evolución. ¡Pero qué difícil nos resulta soltarnos! Venimos de nuestra “consciencia egocéntrica”, identificados con nuestra parte más densa: (cuerpo físico, mental-emocional, mente concreta, ego). Todo nuestro sistema social parte de allí, es un sistema basado en la dualidad, los juicios de valor, y en la competencia. Vamos hacia la “Unidad”, hacia la “Consciencia Transpersonal” Necesitamos saltar la barrera del yo, pues se está transformando en un gran peligro para la supervivencia humana, y la del planeta e ir hacia el intercambio, el compartir, la colaboración, la cooperación.

 El dolor de uno, es el dolor de todos. Estoy sintiendo que todo se fue dando como para que reflexione sobre esto. En el lapso de dos o tres días, varias amigas se acercaron a contarme de su gran tristeza. Todas se referían a cómo les costaba poder aceptar la total falta de sentimientos de algún otro, podía ser del propio marido, de una amiga para con su propia madre, o de la incomprensión de su jefe para con su hijo adolescente… Yo las escuchaba viendo mi propio dolor, y oía mi propia voz respondiendo: “No es que sean insensibles, que no sientan, han bloqueado su sentir, como sistema de defensa para no sufrir, así les parece que no sufren, nos parece que no sienten, que no aman, pero “no amar”, no es posible. El amor está en nuestra propia naturaleza. Debe doler horrores verse así tan vacío de todo…” No podemos  juzgar a otros, pues no conocemos qué percepciones, qué vivencias, los han llevado al punto en que los encontramos. Si todos compartimos ese único Ser Esencial, que es eterno, inmaculado, perfecto, que es puro amor, compasión, y misericordia, ¿Cómo podríamos no sentir, no amar y no perdonar especialmente a los seres que tenemos más cercanos, a los de nuestra propia familia?

Y me pregunto: ¿Por qué me vienen a contar todo eso, justamente a mí, en esta etapa de mi vida? Y me contesto: “Porque recién ahora estoy pudiendo comprender, por sentirlo, como me duele a mí el dolor y la tristeza de mis amigas, y como me toca en lo más profundo de mí, el dolor de los que sufren de “ignorancia” y se protegen cancelando sus funciones, anulándose a sí mismos, para evitar que les duela, cuando hay tantas otras posibilidades… Y cuando así lo sientes, ya sabes que no puedes quedarte callado, quieres hablarle a la humanidad entera, alertarlos del peligro, para que se liberen de esa prisión donde se encierran a sí mismos.

Pero los problemas de uno no son los problemas de todos: Un amigo me llama bastante angustiado pues la Municipalidad le aparece cada vez con nuevas exigencias y necesita contratar a un electricista matriculado para que revise y actualice toda la instalación eléctrica de su local. Me pregunta si conozco a quien él pueda recurrir, pues él no entiende nada de todo eso. Comprendo que no sabe cómo sacarse ese peso de encima. Y me veo a mí, sintiendo como toda la tecnología de electrodomésticos, computadoras y teléfonos, avanza y avanza atropellándome.  Esa es mi percepción, pero también sé que otros, los jóvenes y los niños, se sienten ante un banquete servido, comen y comen y quieren más y más…Me quedo reflexionando sobre todo esto.

Diferentes generaciones sentimos de forma muy diferente siendo que en esencia somos ¡tan iguales! Todavía esto me asombra… En mi caso, comprendo que pongo una resistencia a todo este avance tecnológico, mi crianza y la educación recibida fue muy distinta a la de los jóvenes de ahora. Los veo muy cómodos, no quieren salir de su zona de confort, sino que la amplían más, deseando mantener control sobre cosas y personas. No buscan el crecimiento interno, y se engolosinan con que les den todo servido.

Todos mis problemas con la tecnología, me aparecen como ayuda para que yo trabaje mis resistencias, y a “los jóvenes”, les aparecen problemas de relaciones, que los obliga a mirar para adentro, a soltar tanta comodidad y control… Pero hay más para ver. Decidida a ayudarlo en lo que me estaba pidiendo, uso la tecnología, mando un  mensaje, se empiezan a dar las sincronías, me encuentro con otra persona, le pregunto al respecto, tiene el dato justo, se lo pasará al interesado, y allí yo feliz por el resultado de la gestión, me descubro preparando un comentario que no beneficiaría a nadie…

¿Qué es esto? ¿Para qué?, no es útil ni necesario para nada… esto es del ego… Mientras estoy viendo eso noto cómo el comentario se va transformando y sale totalmente inocente. Me despido y me voy feliz de haber “visto” que sólo por  “darme cuenta”, ya sale diferente. ¡Así es cómo el estar presente, y la atención activa transforman todo! Simplemente me digo ¡Gracias!