Esto es algo importante de ir haciéndolo cada vez que ya alguien pudo concretar su último deseo. Yo me pregunto:¿Qué parte de mí misma es la que desea, la que está pidiendo algo? Esto es lo primero que me interesa mirar. Y  lo segundo será: ¿De dónde surge la importancia de tener que hacerlo constantemente? Veamos: Nosotros, todos, bajamos a este mundo con un propósito o “misión” a realizar. Es un propósito evolutivo, de crecimiento y sanación. Reviso entonces, si lo que  a mí me guía es mi “misión” o es únicamente un interés de placer o diversión.

En mi caso siento que mi deseo básico, es crecer espiritualmente, algo que pareciera que vengo realizando vida tras vida, poco a poco… En esta vida, me empezó a surgir este interés en mi niñez, cuando habré tenido unos 10 años, y guardaba recortes de Constancio C. Vigil, (encontré guardado uno que decía: “La voluntad se forma a través de los pequeños y repetidos esfuerzos”). En esos momentos debo haber empezado a oír la guía interna o “Alma” que es quien se ocupa de conducirnos por el camino correcto y que sólo escuchamos cuando no estamos distraídos con otras cosas.

También tengo, por supuesto, como todos, deseos de lo que piden los sentidos, que en mi caso suele ser: algo dulce para saborear, o una buena película para ver, o una hermosa flor del alcaucil para poder tener así, mi casa  perfumada, ordenada y limpia, pues para mí, todo eso también es importante. Pero lo básico, lo que prima en esta vida y pareciera que también primó en anteriores y que será igual en las posteriores; es el crecimiento personal por el camino correcto. Esto es un proceso evolutivo muy lento, que viene ya en nuestro ADN, para toda la estirpe humana, pero que se activa únicamente con nuestro interés o deseos.

Reviso ahora mis deseos, y comprendo que algunos son bien complejos. Por ejemplo: mis ganas de escribir y contar, todo lo que estoy sintiendo mientras voy viviendo, así como ahora lo estoy haciendo, esto es un deseo que tiene de todo un poco, y que se merece ser analizado.  -*El escribir y que varias palabras vayan rimando sin que yo lo busque, eso me divierte. -*También está el deseo saludable de mantener la postura correcta mientras escribo, pero eso se vuela cuando mi mente también voló buscando la palabra correcta para expresar lo que quiero, o con cualquier otra cosa. -*Y el de respetar “los tiempos correctos”, para poder tener tantos momentos productivos aplicados de diferentes maneras, así como mi Alma lo vaya necesitando. -*Y el deseo de hacer servicio a desconocidos que se interesan por aprender de sus semejantes, de todo lo que leen y también de todo lo que ven.

Esto de los “Tiempos Correctos”, es otra cosa interesante para investigar, pues nuestra costumbre, lo rutinario, lo mental, continuamente nos va dictando lo que tenemos que hacer, y allí ya no escuchamos al “Alma” que quizás nos está guiando hacia otro lado…