No me quedan dudas de que es algo que todos queremos. Yo pienso que para disfrutar es necesario encontrar un equilibrio entre nuestros diferentes aspectos: 1)- el corporal, 2) – el mental-emocional, y 3) – el espiritual. Y también un equilibrio entre lo externo y lo interno. Estos tres aspectos tienen que estar en armonía y cuando lo conseguimos nuestra salud mejora. Propongo que cada uno, (quienes me leen), vayamos hacia adentro y revisemos que estamos haciendo para mantener la salud.

En mi caso, estoy muy atenta sobre lo que elijo comer, cuándo, cómo y dónde lo comeré. Hace pocos días, después de escuchar a dos diferentes médicos en Internet, me entero que tanto mis intestinos como el aparato digestivo pueden  sanar, si actúo sobre la microbiota. ¿Y qué necesita ella para vivir contenta y realizar bien sus funciones? Necesita mucha fibra, (de frutas, verduras, y cereales), y nada de azúcar, no más de 36 gramos diarios. Yo interpreto que tampoco miel.

Ahora estoy abocada a sanar mi inflamación intestinal y abdominal, cosa que ya he intentado con otras dietas, pero que no funcionaron. Todo esto de las dietas, no es nuevo para mí, pues a los 14 años, sané de un tremendo estreñimiento, mediante un régimen vegetariano. No soy vegana pues como huevos y pescado;. procuro comer a horario, en un ambiente tranquilo y agradable, y masticando mucho hasta que se transforme casi en un líquido. En esta oportunidad sólo me queda eliminar el azúcar.

Esto no me está resultando fácil de hacer, pero ya está propuesto, conozco mi tesón y mi constancia, así que poco a poco me iré adaptando, quizás me estaba tornando adicta a lo dulce… Empecé hace una semana, y mi intención, es probar mínimo, durante un mes. Sé que lo dulce nos da energía de manera inmediata, pero también la podemos conseguir de manera más lenta, (y será más estable), a través de los hidratos de carbono. Valoro mi constante atención a cómo me voy sintiendo.

Lo que comemos pasa por un proceso digestivo a través de las enzimas, cosa que produce más o menos gases. Cuando algo no nos funciona muy bien, se producen más gases, se hincha la panza, (distensión abdominal), empiezan las molestias y también puede producir, diarrea o estreñimiento. A través de la sangre influye en nuestro sistema inmunológico y llega al cerebro. Una postura caída, ha desgastado mis discos pélvicos intervertebrales, interviniendo en el cuadro que estoy intentando corregir.

Además de la dieta tengo que atender mi postura, ya incorrecta desde mi juventud. Tengamos en cuenta que la postura del cuerpo está determinando como nos sentimos. Hombros caídos, postura encorvada, etc. hará que afrontemos la vida con miedo. Si a pesar de sentir miedo nos atrevemos a dar algunos pasos comenzamos a sentir que estamos pudiendo. Pruebo con mi cuerpo, ajusto mi postura, hombros hacia atrás, pelvis adelante, mirada al frente, y automáticamente mi ánimo cambia.

El ejercicio físico, aparte de ayudar al corazón, nos cambia el cerebro y el estado de ánimo. Hace que nuestras neuronas se reproduzcan y se conecten más, y que nos tornemos positivos y optimistas. Durante el sueño se produce melatonina, crecen las neuronas del cerebro, se mejora la conexión entre ellas, y esto hace que no tengamos enfermedades neuro-degenerativas como el Alzeimer, el A.C.V., el Parkison, y otras. Una mente centrada nos hace más felices, despiertos, atentos y creativos.