Basada en el documental «Yo Soy», escribo lo que recuerdo y de todo lo que veo que se movió en mí.

En nosotros prevalece el concepto darwiniano de que sobrevive el más fuerte, que el más apto, es el que está a cargo y eso justifica la monarquía y que tratemos al presidente como a un rey. Pero los científicos nos dicen que todos los animales cuando dudan de cuándo y cómo ir al abrevadero, (decisión muy importante pues si van demasiado lentos pueden llegar tarde pues otra manada se les adelantó, y si van muy rápido algunos pueden retrasarse y quedarse sin beber), ratificaron que cuando el 51 % de la manada miraba en cierta dirección lo que hacían en realidad con cada movimiento era votar, y ocurre eso mismo con los peces, con los estorninos, con las aves grandes y pequeñas, con todos los animales desde los insectos, que de repente, de ir hacia un lado, todos juntos cambian la dirección.

La base de la naturaleza humana, lo que está en nuestro ADN, es la cooperación, la democracia y todos nuestros altos principios espirituales como la compasión, y el servicio, que ya vienen en nosotros. El que produzcamos endorfinas ayuda a la evolución humana. Todo lo que debemos hacer nos lo va diciendo nuestra Alma, porque nacimos para ayudarnos, para querernos, producir endorfinas y evolucionar como especie. ¡Qué grandiosa es la naturaleza humana si podemos sentir eso que nos integra a la comunidad! Ver gente que ayuda a los que sufren nos da una gran alegría, que renueva nuestras endorfinas. Conozco gente inspiradora, son el modelo de vida que tengo pues dedicaron su vida a ayudar a otros sin preguntarse qué ideas políticas, quienes son, o qué profesión pueden tener.

Las emociones humanas crean un campo de energía en todo el entorno que afecta a los otros seres vivos de una manera asombrosa pues según sea el número de personas que están sintiendo, centradas en lo mismo, afecta en un radio increíble. Estudios científicos demuestran que no es la mente el centro principal de lo que nos ocurra, como siempre creíamos, sino que es el corazón afectado por nuestras emociones. Lo que hacemos individualmente es indudable que afecta el entorno global. Existe la idea de separación cuando vemos las cosas sólo con los ojos. Hay una clase de “Campo Mental” que  responde a los pensamientos y emociones y que afecta a los otros seres vivos. Los experimentos nos lo demuestran. Cuando la mente de la mayoría de la gente se encuentra altamente concentrada, como ocurrió el 11 de setiembre con el ataque a las torres gemelas, o con los zunamis o terremotos, algo en el ambiente del mundo cambia.

De todo esto surge la hipótesis de que la “Percepción de Conciencia” de mucha gente es capaz de cambiar la realidad del mundo en que vivimos. Que “Nosotros creamos nuestra propia realidad” se debe a que la Conciencia está ligada al mundo cuántico, aún cuando todavía muchos científicos, nieguen esto. Estamos en un “Universo participativo”, en el que todo lo que hacemos, lo que pensamos y sentimos lo cambia, e interconectados unos con los otros a un nivel más fundamental y profundo de lo que creemos. Y no sólo entre nosotros sino con toda la “Vida”  porque el gran secreto es que “TODO ESTÁ VIVO”.

El aire que respiramos los humanos es el mismo aire respirado por todo lo que está vivo. Cada bocanada de aire contiene millones de átomos de argón, que luego se esparcen por todo el mundo, y que ya fueron respirados, por Alejandro Magno, o por Aristóteles y nos conectan así con la vida del pasado y también la del futuro. Estamos conectados con el argón a través de los siglos y  a través del espacio hasta donde podamos captar. Los genes del ser humano son idénticos a los de nuestros parientes más cercanos los simios. Y también tenemos miles de genes idénticos a los de nuestras mascotas, perros y gatos, y a los peces, y las aves, hongos y árboles, todos ellos son nuestra familia. Deberíamos estar agradecidos y celebrar nuestra dependencia de nuestros ancestros; los aborígenes tenían razón, el solo hecho de tener un cuerpo de estar acá en la tierra y participar de la vida ya es una bendición, pues nos permite ir veinticinco millones de años hacia atrás y hacia adelante.

Rumi dice que  el simple hecho de estar en un cuerpo ya es un estado de éxtasis. Es también un estado de aflicción, y de gozo, algo para celebrar. (La rosa celebra al deshojarse y la nube celebra al llover). La ciencia actualmente está pudiendo entender y explicar lo que las culturas ancestrales y las tradiciones religiosas sabían hace tanto tiempo. Esto es muy importante pues nos permite cambiar el concepto de lo que somos como humanos, saber que  somos una gran familia, y saber eso nos afecta al punto de estar más inclinados a ayudar a los demás todo el tiempo. Somos seres comunitarios, estamos todos conectados, no estamos separados, toda la humanidad es nuestra  familia, no estamos solos.

Debemos mirar la historia y preguntarnos, para ver ¿Dónde y cómo fueron cambiando las cosas? Vamos a ver que con el paso del tiempo se fue acumulando conciencia en la mente de la gente y muchos empezaron a actuar con más conciencia. Así, uno por uno, poco a poco, cada cual con más conciencia, así se van arreglando las cosas. Cuando cambias tus percepciones, cuando ya no estás centrado sólo en ti mismo, cambia el mundo. La pregunta es: ¿Qué hace cambiar la conciencia de la humanidad? ¿Qué hace que aparezca ese deseo de ir hacia la libertad? Que aparezca un líder que mueva conciencias en muchos. Hubo muchos líderes, como lo fueron Jesús, Nelson Mandela y tantos otros.

Lo que unificó el pensamiento de varias culturas ancestrales es que la idea de la acumulación de la propiedad privada era considerada una enfermedad mental. La gran diferencia es que en la actualidad se considera a la economía como un deporte financiero. Y la gente suele morirse del disgusto cuando pierde. Hemos olvidado que existe una ley natural por la que deberíamos regirnos pues la humanidad es parte de la naturaleza, es la ley que dice: “Nada en la naturaleza toma más de lo que necesita”. Solo en nuestro cuerpo hay algo que toma más que lo que necesita y se llama “cáncer”, nos lleva a la muerte.

Ahora la gente parece comprender que el cambio viene a través de millones de actos insignificantes, de esos actos que cada uno realiza con pasión, actos que le dan felicidad. No podemos hacer nada por la pobreza mundial pero sí podemos hacer algo por el pobre que nos pide algo para comer. Recordemos que el mar se llena con cada gota de agua que trae el río, y con cada gota de lluvia que cae. Cada uno usando “el poder de uno”; consiguieron hacer cambios radicales. Ejemplos: Gandhi, la Madre Teresa, Nelson Mandela, y tú. Cada uno usando “el poder de uno”. El cambio es posible pero requiere que cada individuo se apasione y contagie a otros diciéndoles: “es posible cambiar”. Así ocurren los cambios.

Empecé preguntándome: ¿Qué está mal en este mundo?, y terminé descubriendo lo que está bien en este mundo. Ya el cambio ha llegado a mí,  vivo en casas pequeñas y simples, tengo lo que necesito y quizás podría arreglarme con menos aún. Ya tengo mi coche en venta, camino, respiro aire puro y enseño a la gente lo que voy comprendiendo, así escribiendo o hablándoles. Descubrí que la palabra “AMOR” resume todo el gran cambio que ya viene dándose muy lentamente.

Hay dos trenes en movimiento, van en direcciones opuestas, uno es el tren de lo que está mal en este mundo, que es la extrema pobreza de tanta gente y el otro es el tren de lo que está bien en este mundo y que es el gran cambio en la conciencia de la gente que ya se está viendo, ya se está notando, solo tienes que interesarte en verlo y lo verás en cada pequeño acto, en la alegría y el amor que ponen al saludarse, con pandemia o sin ella, con barbijos o sin ellos, ese tren también ya está andando y va en dirección al “AMOR” esa es la palabra que resume todo. Mientras nos tratemos unos a otros como si estuviéramos separados el cambio no es posible, será posible cuando nos tratemos amorosamente, esto no es una utopía, es científico, está en nuestro ADN, en cada una de nuestras células y en el mundo entero. Este tren ya está en movimiento. Hay una nueva pregunta para hacernos: ¿Qué está bien en este mundo? Y espero que muchos podamos responder: “SOY  YO”.