Ayer tuve oportunidad de escuchar una conversación entre una mujer y un hombre a los que no podía ver, y como tenía que esperar que me atiendan sin tener otra cosa más interesante para hacer, estuve bastante entretenida escuchándolos un rato y deduciendo sus tipologías y personalidades. A ella la entendía muy bien, pues hablaba claro y tranquilo, a él no le entendía casi nada, hablaba rápido y con voz pastosa.

Ella parecía una mujer preparada, de “conocimiento” diría yo, y que lo trataba de ayudar, instruyéndolo en cosas que él no conocía. Él se ve que era joven y deportista, pues ella le preguntó en algún momento si estaba entrenando… Traté de solo escucharlos para pescar sentimientos, sin ponerles facciones, su apariencia física no me interesaba en ese momento. Era un momento especial para estudiar las «relaciones humanas.

La mujer denotaba dulzura, como intentando bajar su diálogo, al nivel que él la pudiera entender. Le aconsejaba dejar de tomar remedios, pues se puede bajar muy bien los niveles de colesterol y triglicéridos de forma simple, cambiando la dieta, siendo consciente cada vez que uno se va a meter algo a la boca. Yo pensé: eso es “aceptación total del otro”, algo que no estoy teniendo yo con el hombre, pareciera, a pesar que no tengo nada que ver en el asunto.

Para mirar profundo en uno mismo, hay que animarse, pero es la única forma de experimentar la real felicidad y llegar a ello no es nada sencillo. El ser conscientes es el tema.  A mí me digo: «No tengo que identificarme con lo que estoy escribiendo, para no perder mi propuesta de cuidar que la columna se mantenga derecha y sin rigidez, mientras estoy en la computadora o comiendo a la mesa.» No basta con decírmelo pues al instante ya perdí mi postura, o sea que me identifiqué.

Entonces me pregunto: ¿Qué es la identificación? Es perderse a sí mismo, es perder la Paz interior, la Serenidad, esa Real Felicidad que todos buscamos, y que no todos conocemos. Identificarnos nos hace perder totalmente la creatividad, pues ese potencial, que todos tenemos, es muy sensible al estado emocional y el estar preocupado, el sentir desconfianza, tener miedo,  o estar usando la mente en demasía, anula nuestra Creatividad; porque toda la sangre baja a las piernas, y la mente se vacía de su combustible.

Dado que la emoción está en todos nosotros casi todo el tiempo, y que es algo que busca expresarse para que tengamos idea de quienes vamos siendo en realidad, ¿Cómo dejarle ese lugar ese espacio para que se exprese?

Consideremos que cuando alguien se decide a hablar, quiere tener a otro para que lo escuche. ¿No es cierto? Es nuestro Ser Profundo el que puede escuchar, atender a la emoción y para eso no podemos estar identificados, tenemos que dejar surgir nuestra creatividad para que encuentre el cuándo, el dónde y el cómo expresar y comprender.

A veces no nos gustan las emociones que aparecen, pero todas tienen su sentido de ser, porque son movimientos de energía que nos avisan algo y no hemos de calificarlo de bueno o malo, de benéfico dañino, pues allí estaríamos dejando entrar el juicio y enjuiciar, criticar, culpar a otro, son emociones “negativas” que nos cierran la comprensión. A nosotros nos toca decidir si esa vibración tiene que  ser transformada o no. Entonces traigamos la emoción al consciente y dejémonos el espacio necesario para poder sentir lo que nos dice.

Para eso la condición a cumplir es estar LIMPIOS, de alma y cuerpo, cambiando hábitos de vida, por ejemplo: comer con consciencia alimentos enteros y sanos, preparados con amor. Cuidar con qué nutro a mi mente, y cuáles son mis compañías. Todo esto se trata de “Trabajo Interior”, que ya lo dijimos no es nada fácil, depende de las prioridades de nuestra vida, de las decisiones que vayamos tomando momento a momento. Entonces he de preguntarme: ¿Cómo voy a responder a lo que la vida me presenta, con esta emoción que me aparece?