Somos seres eternos, pero al dejarnos llevar por nuestras tormentosas emociones, atrapados por los apegos, a los hijos, la familia, el dinero, o a cualquier otra cosa… entonces así, no podemos reconocer nuestro verdadero Ser. Incluso el apego a la religión trae desdicha. Tanto sufrimiento que hay en este mundo ocurre en gran parte, debido a los apegos. Pero no olvidemos que detrás de todo lo que nos ocurra, éxitos o fracasos, está lo “Divino”, lo “Alto”, la “Conciencia Infinita”, o como sea que uno lo llame. Y no necesitamos tener ninguna habilidad especial para orar, solo tenemos que sentir con todo nuestro ser que lo que estamos pidiendo es una auténtica necesidad para nuestro crecimiento personal y el bienestar general. Y así es que yo redacto mis propias  oraciones.

Según nos cuentan los que saben, la forma en que nosotros pensamos, y por lo tanto, todo lo que creemos que es verdadero, eso justamente es “Maya”,  pura ilusión. Muchos ya usamos esa palabra en nuestro vocabulario diario… Es una palabra sánscrita que primeramente fue traducida al inglés donde su significado es “medir”, y se relaciona con la vista, el olfato, el gusto, el sonido, el tacto, en fin, con nuestros cinco sentidos. De allí, entonces, lo único verdadero sería lo que no se pueda medir: el “Amor”, la “Compasión”, la “Verdad”, el “Sufrimiento”, la “Empatía” etc. todo eso no se puede medir, y eso sería lo verdadero para cada persona.

Como estamos usando varias palabras que tenemos confusas, aclaremos aunque sea, el significado de algunas de ellas. Por ejemplo solemos decir: “es un iluminado”. Hay personas que se arreglan para no entrar en discusiones inútiles, y a la vez no pierden su alegría de vivir, su espíritu de celebración. Ven que pueden hacer ambas cosas simultáneamente. Eso ya se acerca a la Iluminación.

Ahora me gustaría contarles como lo emocional afectó mi circulación sanguínea y, por lo tanto, todo mi Ser profundo, y también mi ser superficial, al cambiar mi lugar de residencia por un período de unos tres meses. Hablaré de mi  experiencia en la “Casa Sabia” y la presión arterial. Viviendo en Bariloche, y como una forma de escapar al crudo invierno que teníamos, decidí irme a Córdoba, a una residencia para adultos mayores autosuficientes: la “Casa Sabia” y este sería mi cuarto día de estar en mi nueva casa. Cuando bajé del avión el martes, me esperaban una de mis hijas con su marido, (ellos viven en Roca), y se habían alquilado un departamento, por unos días, en un lugar cercano a dónde yo iba a estar. Pero hoy ya se fueron. Hacía más de un año que no nos abrazábamos, así que llorábamos de alegría las dos. Habremos pasado una hora contándonos sobre nuestra vida. Ese día, cuando me controlaron la presión, tenía 15-10, me extrañé, nunca antes habían registrado algo así. Era emocional. Al otro día mi presión era 13-8 y al otro 10-6. El cuerpo estaba haciendo lo que podía para equilibrarse…  

Acá, todo lo que pasa o hago, me afecta ahora emocionalmente, de una forma que yo considero desmedida. Hoy mi presión era 14-8, siendo que siempre mi presión rondaba en 12/6. Mis amigos de allá me escriben mensajes, quieren saber como estoy, al responderles y contarles, veo como todo eso me afecta, y además empezaron a llegar las visitas de amigos y parientes que viven relativamente cerca. Hasta cuando veo alguna película, buscando esas más tranquilas, que hablan de la vida real, aflora mi exagerada sensibilidad. En fin, con un padre muy rígido que casi no nos dejaba reír ni hablar en la mesa, también mi manera de juzgarme a mí misma pareciera estar fuera de lo normal.