Empiezo esta charla con Uds. mis amigos que me leen, preguntándome: ¿qué es lo que pretendo de esta vida? Mis aspiraciones son: irme especialmente limpia, corporal y espiritualmente, más desarrollada y crecida como persona, sin dejar enojos pendientes, ni conmigo misma, ni con otras personas.

Tendré que desapegarme de tanta cosa que actualmente me apasiona hacer, pero lo cómico es que el deterioro físico se va encargando de que cada vez me vaya siendo más difícil hacerlas y las empiezo a dejar…

Ejemplos de lo que llamo “mis deterioros”, en mi caso son: el temblor esencial, la falta de memoria, y el cansancio físico por falta de energía…

En cómo aprendemos a vivir yo veo que hay diferentes planos o etapas:

1) – Mientras somos  “Infantes” vamos descubriendo como usar nuestro cuerpo, y a valernos de él para conseguir lo que queremos.

2) – Ya en la “Adolescencia” se despierta nuestro instinto sexual, con el básico fin de que la especie humana siga procreando y no desaparezca, y podemos descubrir en qué dirección nos gustaría generar nuestros recursos, y también llegar a saber lo que es el “amor”, que en esencia es a lo que bajamos a este planeta.

3) – En la “Edad Adulta”, ya la mayoría ha formado una familia, tiene los recursos para mantenerla, y algunos aprendieron a escuchar a su Maestro Interior o Alma, a amarse a sí mismos, y a aceptar todas las situaciones que la vida les presenta…

4) – En la “Edad Avanzada”, tengo una anécdota propia, con la que creo que todos podrán entender, sin más explicaciones, qué es lo que podemos aprender. 

Estaba participando en un grupo de cerca de veinte personas, que sentados ante mesas para seis u ocho comensales, algunos de frente a las chicas que servían y otros de espaldas a ellas, (yo entre estos últimos). El proceso de servir iba lento, a cada uno le presentaban la carta de posibilidades, le calentaban su plato en el microondas, que estaba allí mismo, y se lo servían. Ya dos o tres de los del frente, iban terminando su sopa, cuando mi compañera del frente, hizo una seña y les dijo señalándome: – “ella también quiere sopa…”, yo esperaba con total paciencia y comprensión de que esto no era fácil para ellas. Pero ya mis hijos me venían diciendo: “tienes que aprender a pedir…”, así que al recordar esto, me di vuelta y les dije: y para mí, hay preparada una pizza vegetariana sin TACC y de postre, el jugo de dos naranjas”…

Resumiendo: en edad avanzada podemos aprender a dejar que otros nos ayuden, a pedir con claridad lo que necesitamos, a aceptar cómo lo hagan, a respetar, valorar, comprender, y amar a los otros sean como sean, y más y más…