Con tanta información externa ya estamos intoxicados, necesitamos desintoxicarnos para sanar y poder volver a nuestro “Propio Ser”. El mundo de la publicidad conoce esto perfectamente, y los distintos medios compiten entre ellos, convirtiendo así nuestra atención en unos de los bienes más preciados. Dicen que la cantidad de información que la humanidad recibió durante 5000 años, (hasta el año 2003), es la misma  que estamos recibiendo actualmente en dos días. Yo me sonrío, pues no me lo puedo creer.

Con esa inmensa cantidad de avisos, de todas los colores y formas posibles, estamos siendo bombardeados, y nos arruinan la vida. Eso nos resulta muy dañino, más de lo que podemos imaginar. Una atención así capturada constantemente, nos quita la capacidad de dirigirla a lo que sea de nuestro interés. Nos transformamos en marionetas tiradas por hilos externos o internos, en un “hombre máquina”. 

Las máquinas no tiene control sobre sí mismas y dado que nuestra voluntad está muy relacionada con la atención, cuando ésta, está tan fragmentada y empequeñecida, pasa lo mismo con nuestra voluntad y entonces no logramos tener o hacer, nada de lo que en verdad queremos. Por momentos hemos de preguntarnos: ¿Quién soy?; ¿para qué bajé a esta tierra? Para actuar en la vida me valgo de personajes y ropajes que luego he de guardar hasta que nuevamente me llamen al escenario.

Algo similar me ocurre cuando sueño, siento que esa es mi realidad, y solo al despertar, puedo darme cuenta que eso era un sueño, y suspiro aliviado. Cuando estamos muy contaminados por tanta información ya no nos preguntamos nada, dejamos que todo nos ocurra, ni luchamos por lo que queremos y ni sabemos que es lo que en verdad desearíamos ser o tener. Tan contaminados, ya ni siquiera tendremos una cura posible.

Todos, en algún momento de nuestro recorrido por esta vida,  hemos de recordar y en lo posible muchas veces, o constantemente, que nuestra capacidad de aprendizaje, depende del grado de atención que tengamos, y (dado que nacemos, con una atención pura y total hacia todo), esa atención deberá de ser muy cuidada por los mayores para que se mantenga así, para que no sea contaminada. Y esto, hoy en día no es algo sencillo de hacer.

En estos tiempos de tanto bombardeo informativo, es más importante que nunca mantenernos  juntos, trabajando espiritualmente para que nuestra manera de vivir, de ser felices y solidarios, empiece a ser buscada, deseada por muchos más, hasta que lleguemos a ser la masa crítica que transforme a toda la humanidad. Necesitamos volver a la naturaleza, volver a estar vivos y a brillar con la luz de lo Alto, dejar de ser máquinas robotizadas y volver a ser un  “Verdadero Ser Humano”.