El tema sobre el que dialogan es: “Este cansancio que siento ¿Qué me estará avisando?” Si de verdad quiero  saberlo tengo que recurrir a escuchar a mi cuerpo, pues él ya lo sabe y está tratando de decírmelo justamente con el cansancio que siento.

(C)Te estás pidiendo más de lo que puedes hacer, te exiges demasiado y no me estás respetando, pues respetarme significa recordar mi edad, los problemas vividos, los malos hábitos adquiridos, y muchas cosas más, que si te interesan, te iré explicando a continuación.

(C) Sabes muy bien que has bajado a este mundo terrenal a aprender ciertas cosas y a enseñar otras. Yo sé que vos, al igual que otros a esto le llamas tu “Misión de vida” y que como buena virginiana que eres, sientes que tu misión es la “Enseñanza”. Y esa enseñanza la estás haciendo desde siempre pues no bien aprendes algo o haces cosas ya estás pasando lo aprendido a otros, y para eso necesitas de mi voz, de mis piernas, y de mi energía que tienes que cuidarla pues se gasta fácilmente.

(C) Ahora quisiera que vos te mires y me digas como estás malgastando mi energía.

(D)Si hoy lo vi claramente mientras hacía mi práctica diaria de caminata. Pretendo más de lo que puedo al querer usar a la vez mi memoria, recordando una canción que me iba inventando mientras caminaba, pensando cómo iba a saludar a mi amigo el “Gran Árbol” cuando llegara a ese punto, dejándome impresionar por su imponencia  y a la vez queriendo no olvidar que tengo lugares establecidos para cambiar la forma de llevar mis dos largos bastones ayudantes.

(D) –  Siento  que tengo muchos frentes de atracción externa, porque al mirar el entorno me pregunto que le estará pasando a ese gran ciprés que está cambiando de color, o por qué será que los gatitos estarán haciendo todas esa piruetas, y me da la impresión que desean atraer mi atención, que están jugando conmigo y que cuando pueden uno arrastra su cuerpo contra mi pierna y el otro corre y ocupa el asiento donde descanso entre vuelta y vuelta.

(D) Esto me divierte, sé que no tiene nada de negativo, pero el problema es que me confunde y ya no sé en qué vuelta de mi caminata  estoy. Y los dos sabemos muy bien que el hacer esta “Reeducación Postural” nos pide esfuerzos constantes de todo tipo: que meter la pancita para adentro,  bajar el mentón sólo un poquito, caminar erguida pero sin tensiones, bien relajada, como si me sostuvieran desde el cielo con un hilo que tira de la coronilla.

(D)Solo me queda pedirte perdón, porque la concentración que exige todo esto es un grandísimo gasto de energía, y sé muy bien que la que comanda hasta donde pedirse esfuerzos soy yo y no vos, y que cuando se agota la energía afecta a todo el cuerpo y hasta a la emoción, porque siento que me enojo, me cambia el carácter, ya ni me sonrío.

(D)Además, y ahora sí me sonrío, si quiero que esta reeducación me surta algún efecto es TODO EL TIEMPO, mientras mi conciencia esté viva, o sea activa, funcionando… No estoy jugando a hacer siete vueltas de determinado recorrido, aunque lo desearía vivir como un juego, (algo que no me canse sino que lo disfrute), y para eso es que  después de cada vuelta completa me siento en el banco, respiro profundo y me quedo allí sin tiempo, el cuerpo avisa y partimos juntos hacia la próxima vuelta.

(D)Mentalmente ahora mientras escribo, hay una voz interior que me repite: “Todo el Tiempo”, “Todo el Tiempo”, “Todo el Tiempo”. Acá eso significa descruzar las piernas y apoyar bien ambos pies, retirar la cabeza a más distancia desde la computadora, bajar el mentón, sentir el hilo que desde el cielo me la sostiene, enderezar el cuello y toda la espalda sin producir  tensión alguna. Y volver a descruzar las piernas, pues solitas se volvieron a cruzar debido al hábito de tantos años… Y también está esta voz repetitiva de “Todo el Tiempo” mientras cocino, mientras como, o mientras leo. Pues esto se trata de “TODO EL TIEMPO”.