¿Alguna vez te has puesto a pensar qué es “el Momento Presente”?. Te diré que para mí, sería mirar todo lo que hay, todo lo que pasa a mi alrededor como lo estaría mirando una criatura de meses, con total inocencia, sin conceptos mentales, con una mente quieta, naturalmente silenciosa… Siendo adultos, en cambio, algunos a quienes nos interesa aquietar, acallar a “la loca de la casa”, que no para nunca, ni de día ni de noche, buscamos diferentes técnicas, para pararla aunque sea por instantes.

Recién haciendo mi caminata diaria, una rutina para mantener mis músculos activos y en uso, en el camino de vuelta, rumbo a tomar mi merienda, saludé a mi gran coihue amigo y sentí que me llamaba para que me siente un ratito con él, allí me pregunté, ¿Le gustará mi compañía tanto como a mí me beneficia la suya? Sentada muy cómoda contra su grueso tronco, un banquito con almohadones, puesto contra el tronco, me relajé tanto, tanto que mi mente paró y llegué a dormirme…

Y cuando desperté tan relajada y contenta, me pregunté: ¿qué quiero llegar a ser y a tener?, ¿qué deseo compartir con mis semejantes?, en fin, ¿qué tengo para dar al mundo? Todos tenemos mucho para dar, vinimos dotados de mucho “Amor” y de un cerebro muy creativo, poderoso, capaz de descubrir cómo realizar los sueños, y resolver las situaciones que la vida nos presente. A medida que envejecemos, el cerebro sigue creando nuevas neuronas y puede desarrollarse (depende de cada uno).

Si bien con, el paso de los años nuestra memoria se va deteriorando, el tipo de vida que tengamos, lo que comemos, y como en general nos cuidemos, todo influye, a favor o en contra… Todos podemos ir probando nuevas maneras de desenvolvernos en este mundo, y cada prueba desarrolla nuestra creatividad y con él la memoria.  Mi caminata es buen momento para repetirme mentalmente, lo que tengo que recordar de hacer al volver, a veces lo hago cantando al ritmo de cada paso, o solo pensándolo.

Constancia, confianza y ponerse desafíos que parezcan imposibles, es importante cuando te propones algo que consideres difícil de lograr. En este momento no estoy pudiendo seguir con lo que estaba escribiendo. Entonces sonrío, continúo igual pero habiendo cambiado un poco lo que ya tenía en mente. Ahora ya es un nuevo día, el momento presente es totalmente distinto, he estado envasando tantos frascos, pero tengo mucho más aun para procesar y seguir guardando.

Esto significaría una aceptación, (difícil de explicar), donde el ego se divierte a costa mía, y yo acepto que así sea, decidiendo cambiar hacia otra actividad accidental, según lo que me esté indicando el reloj. Veo que ya puedo calentar la comida que tengo preparada, y que sólo la necesito calentar y enseguida almorzar. Después tengo muchas otras cosas que hacer, como ser envasar más fruta, (pues actualmente los árboles están en plena ofrenda), para tener este invierno cuando ya no tenga producción propia.