Si miramos nuestra propia existencia a vuelo de pájaro veremos esas millones y millones de vidas, que ya vivimos, y comprenderemos que esa evolución humana es lo que hizo posible que estemos hoy acá y que seamos los que somos. Saber que nosotros no empezamos con este nacimiento y no terminamos en el momento en que soltamos este cuerpo, hace una gran diferencia aún cuando no lo estemos recordando todo el tiempo, pues ya la mayoría lo sabemos. De eso depende que lo que cada uno experimente en esta vida sea algo profundo o más superficial.

Preguntémonos: ¿por qué será que, en general, le damos tanta importancia a esto de generar dinero? Muchos de nosotros sentimos que mientras más dinero ganemos, más valor como personas, tendremos. Eso nos  hace sentir más importantes ante los otros. Debe ser porque nos abre la posibilidad de tener todo lo que deseamos. Pero la riqueza que juntamos sólo tiene el potencial de pavimentarnos la ruta hacia donde nos dirigimos.

Lo importante será ver a dónde queremos que nos conduzca esta ruta o sea esta vida. ¿Dónde suponemos que encontraremos el placer, la alegría y la felicidad que todos buscamos? Las cosas y los sentidos nos generan placer pero eso hace que acumulemos cada vez más y más de todo y además nos hará sentir emociones muy engañosas como son: la ilusión, la seguridad, el éxito o el fracaso. Lo que pasa es que el mundo exterior es un espejismo, es un mundo “Maya”, un mundo ilusorio.

En cambio, en la dirección del trabajo espiritual, al principio, ponemos esfuerzo y disciplina, pero enseguida eso nos dará un tesoro enorme de dicha, alegría y felicidad. O sea que el dinero, tiene el poder de abrirnos puertas en la dirección que le dé nuestra mente. Si la dirección que nos diera es, por ejemplo, la de que es muy bueno hacer servicio,  podremos también hacer entregas de dinero, que darán alegría a quienes tengamos alrededor y, ¿por qué no?, hasta a gente que no conozcamos. Por ejemplo que hagamos donaciones que den mucha felicidad y qué comer a niños pobres de todas partes del mundo. Poder estar saciados les hará sentir que este mundo, es un mundo maravilloso.

Cuando hacemos servicio con la riqueza que tenemos, es muy cierto que eso nos agrega un gran valor como personas. Siempre que no nos creamos seres superiores a quienes nos rodean y nos mostremos como tales, porque cuando alardeamos de nuestra riqueza, atraemos todo tipo de emociones negativas, y recibiremos principalmente la envidia de los otros. Todas las tradiciones antiguas nos han estado enseñando a ser humildes, a tener un perfil bajo, a vivir de forma sencilla y muy especialmente a no sentirnos superiores a nadie, ni siquiera a los otros seres vivos, porque todo lo que vive en esta tierra tiene un sentido para estar y una misión que cumplir como tenemos todos los “humanos”.

El dinero tiene la posibilidad de generarnos olas de sabiduría y también un mundo de miseria y dolor. Entonces pensemos muy bien qué clase de mente quisiéramos tener sabiendo que a la mente la podemos entrenar, ejercitar y fortalecer, para que trabaje como auxiliar de  nuestra “Alma” o “Ser Superior”. Esto redundaría en que mejoraremos o creceremos como personas, que además funcionará mejor nuestro sistema inmunológico y que por lo tanto todos nuestros órganos y nuestra salud saldrán beneficiados.