Hay momentos en que me sorprendo y me divierto, al ver el personaje que soy. Sobre todo al escuchar mis pensamientos, predicciones y conclusiones. Pero la vida, en estos días, me está mostrando otros personajes tan extraños y sorprendentes, que me resulta increíble que puedan vivir sin saber para qué están en este mundo, sin tener un propósito general y una dirección que les esté dando un sentido a su  vida.

Ya con mis cuatro hermanos, después con mi marido y mis cuatro hijos, había visto que diferentes éramos todos y comprendido que debíamos aceptarnos así tal cual éramos, sin pretender cambiar al otro. Pero en estos días, conocí una linda y rara mujer de 30 años, instruida, buscadora espiritual, que viajó y vivió en diferentes lugares del mundo y eso me decidió a escribir esta  entrada, con este nombre.

Simplemente nos habíamos visto en algún momento, y por medio de una nota, que entregó a mi casero, combinamos un encuentro, y unos días después vino a visitarme. Y en mi casita, mientras tomábamos té, charlamos cerca de dos horas. Había tantas similitudes entre las dos y a la vez tan increíbles diferencias, que mis ojos se abrieron asombrados, y siguen agrandados pues aún no entiendo.

Ahora estoy segura que esto lo preparó la Conciencia Infinita, pues nosotras dos teníamos que conocernos y ser amigas. Hubo risas y lágrimas de emoción, en ambas, ella pidió permiso para llamarme abuela Diana, y yo la siento como si fuera una de mis nietas. Toda la charla se fue desenvolviendo por medio de preguntas, pero me quedé con muchas cosas más que no me cierran, parecen incompatibles unas y otras.

Me dice que vive allí donde la lleva la vida… ¿Alquilas en cada lugar? – No, – duermo donde puedo… – ¿En carpa?, ¿en tu coche?, – No tengo coche, duermo bajo los árboles… – ¿Tienes familia?, ¿Dónde naciste? – Nací en Córdoba, no en la ciudad, sino  en un pueblo de las afueras, en un lugar de mucha naturaleza, en las sierras, eso me gusta… Hace poco estuve allí un tiempito, cuidando la casa de mis padres que viajaban. ¿Tienes algún ingreso?, – Sí, el alquiler de un departamento en Bs. As.

Ayer vino para ayudarme en lo que yo le había pedido: la computadora. Y después de eso volvimos a charlar. Yo sentía que podía ayudarla a que encontrara una dirección en su vida, y buscaba desesperada las palabras para que ella pudiera entenderme… Me miraba con ojos que ya volvían a llorar, se notaba que estaba muy angustiada. Yo también estaba cada vez más emocionada, pues sentía que  ¡Tenía que poder ayudarla! Pero estaba comenzando a oscurecer y tenía que llegar a su lugar, caminando.

Hoy recibí un mensaje telefónico suyo donde me decía lo siguiente: Querida abuela Diana: le escribo para comentarle que nuestro encuentro de ayer, me hizo pensar mucho en mi “propósito de vida”. Es así, que he decidido volver a las sierras de Córdoba. Rumbo a lo que me mueve. Las palabras no pueden describir lo que siento por usted y la gratitud de que la vida nos haya encontrado. Dios quiera que nos volvamos a ver. La guardo con todo mi amor en mi corazón.