Entonces me surge la pregunta: ¿De quién es ese aviso? Todos tenemos una sabiduría o maestro interno, algunos también la llaman el “Ser Profundo”, la “Conciencia”, o el “Alma”. Quisiera poder reconocer esa vos y permitirle que me guíe. Será como escuchar la voz del cuerpo, pues a mí el cuerpo me habla siempre a través de dolores, cansancios o desagrados.

Cada persona tiene y registra de diferente manera sus propias sensaciones. Lo que para uno es doloroso a otro le puede resultar divertido. Yo he aprendido a escucharla así como aprendí tantas otras cosas en mi vida: escuchando a otras personas y a mí misma en profundidad, porque me apareció un profundo interés y practiqué con constancia expandir la atención, observando tanto mis pensamientos como mis conductas y sentimientos.

En toda comunicación, verbal o no verbal, dos partes intervienen y tanto para quien habla como para el que escucha, lo que ocurra allí será siempre impredecible, una verdadera aventura. Y en el caso de sentirse uno enfermo sería más que interesante vivirlo también como una aventura y la comunicación se daría entre el cuerpo que duele o la mente inquisidora que quiere saber, y la Sabiduría Interna o Alma.

La enfermedad no es un problema solo físico sino de toda la persona,  (cuerpo, mente, emociones, y espíritu). Todo eso juega tanto para enfermarnos como para curarnos. Gran cansancio, tensión y estrés hasta pueden matarnos. El sistema inmune, por el torrente sanguíneo, contacta todas las células. A las que conoce les permite funcionar normalmente y a las que no reconoce, como ser virus, bacterias, células cancerosas, etc.; las ataca.

El sistema nervioso está en contacto directo con los linfocitos que son células del sistema inmunológico. Un grado alto de estrés pueden suprimir las defensas naturales del cuerpo por las muchas hormonas que produce. Si al  cerebro le llegara un estímulo de placer o tristeza, inmediatamente todas las células del cuerpo también se enteran. Dado que todos queremos recuperar la armonía interna necesitamos hacer corresponder las leyes del cuerpo y las del Alma y para eso lo mejor será producir nuestras propias endorfinas.

Cantar por ejemplo Om-Na-Má-Shi-Vaya; (Tierra, Agua, Aire, Fuego, Éter o Espacio, 5 elementos que están en todo el universo y en nuestro cuerpo);  nos producen esa vibración que equilibra lo que esos cinco sonidos significan y si ellos están en equilibrio, nuestro cuerpo lo estará  también, nos sentiremos sanos y con experiencias agradables. Cantemos cada tanto Om Namá Shivaya para equilibrar nuestra mente mantener la salud y sentirnos bien.

Por supuesto que uno no ha dejar de pedir ayuda y consultar al especialista médico que es quien sabe. Le pregunto, e “inquiero” porque necesito saber, investigar, aprender, para poder cuidarme y lograr ese equilibrio interno que significa “gozar de buena salud”. Tengo que observar cómo el cuerpo va respondiendo a la cantidad, la calidad, la manera, y el momento de lo que estoy comiendo. Cuánto y cómo necesito descansar, cómo será bueno sentarse, pararse y caminar para que la respiración ocurra, para que el ritmo de la vida pueda seguir dándose, que no se interrumpa.