El tema de la puja entre los sexos, me está interesando últimamente, al  observarlo tanto en las personas como en los animales domésticos. El sexo que tendremos no lo elegimos nosotros, y tampoco el momento de nacer… Pareciera que quienes somos, o sea nuestra personalidad, es lo único que se va formando a través de nuestras respuestas a las circunstancias externas, las que tampoco las determinamos, aunque sí, posiblemente contribuyamos a ello.

En mis dos gatitos hermanos, uno macho y la otra hembra, y ambos castrados, veo una puja constante entre ambos, compitiendo por mi cariño, y por la comida, que después comparten, sin pelearse, en un solo plato. Pero casi siempre empieza el machito sólo, y ella llega un ratito después. Cuando yo hago mi caminata diaria los dos me siguen, y a veces, tuvieron peleas en que él la agredía, y ella corría desesperada, y terminaba llorando. Él volvía a mi lado y me hacía sus “piruetas”.

Observando aprendo, pero también pregunto, a quienes pienso que pueden saber más que yo. En este caso, justo conozco a una joven muy amante de los caballos, y como estamos hablando justamente de este tema, simplemente con la mirada le digo: ¿cómo es entre la yegua y el macho? Ella me dice: creo que no es cuestión de sexo el que uno domine a otro, sino más bien de carácter, y yo agrego: creo que entre humanos pasa lo mismo: depende de cómo cada uno sea, de la personalidad formada.

¿Y cómo es que formamos nuestra personalidad? Así como ya nacemos con el sexo que tendremos, muchas otras cosas como ser: quienes serán nuestros padres, hermanos, el momento y el lugar de nuestro nacimiento, etc. no las determinamos nosotros, pero todo eso influye en cómo será nuestro carácter, y el ego que vamos formando, a través de las respuestas que damos a las circunstancias externas que la vida sincrónica nos presenta, es lo que determina poco a poco, nuestra personalidad.

Todos podemos tener dos tipos de “Egos”, el miedoso, que funciona a través de la mente, y el ego intuitivo, que está conectado y nos habla a través de la suave  voz del Maestro Interno o Alma, esto ya lo he comentado en otras entradas. Seamos mujeres u hombres, tenemos los dos sexos en nosotros, dado que todo el hemisferio derecho es masculino y todo el izquierdo es femenino, y también dentro nuestro buscan unirse, conocerse, acercándose, escuchándose, y así amándose cada vez más.

El ego que se siente amenazado, siempre actúa preocupado por lo que ha pasado o por lo que va a pasar, nunca está en el presente pues actúa con una mente  al extremo inquieta, que no se calma nunca. Al llevar la atención al cuerpo, estamos en el momento actual, en el presente; por ejemplo al darnos cuenta de que sonreímos felices por el logro de ese proyecto que tanto deseábamos, y también cuando decidimos fingir una sonrisa, para así reconstruir una relación dañada.