Veo que el Universo busca siempre EQUILIBRAR EXTREMOS. Considero que en el TRABAJO INTERNO tengo que ir buscando lo mismo: ni siempre lo que considero bueno para mí, ni tampoco siempre lo considerado no tan bueno para mí; sino fluir entre ellos, y dejar que así la Vida, (o el Alma), me indique por dónde va mi camino.

¿CÓMO NOS HABLA EL ALMA? Siento que el “Alma” siempre me habla a través de las sensaciones corporales. Siento que recién estoy empezando a aprender a escuchar la voz de mi cuerpo. La siento sobre todo como cansancio, ya quiero dejar esto que estuve haciendo con entusiasmo y dedicación. El cuerpo me avisa: – “Ya está basta por ahora”, y  si continúo igual noto que por cansancio hago la última parte de lo que haga en forma equivocada y que más tarde la tendré que rehacer.

ACEPTAR la natural declinación física es algo que me cuesta pero que la practico diariamente pues la noto en todo y cada vez en algo nuevo. Todo se va secando, declinando, muriendo célula tras célula. Para ello me ayuda la constancia, que siempre agradezco, con la que cuento naturalmente. Y entonces me pregunto:

 ¿Es que yo sé ESCUCHAR AL ALMA? Cada cuerpo tiene y registra de diferente  manera sus propias sensaciones. Lo que para uno es doloroso a otro le puede resultar divertido. Si no sabemos escuchar la voz del cuerpo, eso podemos aprender, como tantas otras cosas en la vida. Aprendemos escuchando a otras personas y a uno mismo en profundidad, por practicar y expandir la atención, tanto en pensamientos como en conductas y sentimientos. En toda comunicación, verbal o no verbal, dos partes intervienen y tanto para el que habla como para el que escucha, lo que ocurra allí es una verdadera aventura.

He leído que la  NATURALEZA NOS AYUDA A EVOLUCIONAR porque “La Evolución” es una de sus fuerzas.  Hace evolucionar todo lo que vive en la Tierra, (aparece en nosotros como supervivencia). Además existe “La Evolución Cósmica”, (Consciencia) y ambas fuerzas nos llaman constantemente desde lo Alto para avanzar hacia adelante hacia nuestras metas físicas, mentales, emocionales y espirituales. Puedo sentir claramente en mí ese llamado. Lo siento como entusiasmo, algo que me despierta, alerta, alegra y energiza. Necesito poner en acción mi energía positiva y desmerecer esa inercia cómoda que me ensueña y que me adormece en un mismo lugar.

MEDITAR DIARIAMENTE nos ayuda para que el aporte energético humano al Cosmos sea positivo. Es ya una gran ayuda el estar conscientes y mantener la calma y la alegría. Pero cuando hay demasiada explotación de unos por otros en este mundo, como ocurre actualmente, no puede haber paz ni libertad en los pueblos ni en las personas, y la mayoría no podemos irradiar esa “Vibración de Amor” que es tan necesaria al planeta

Más allá de lo tangible y visible, es imprescindible que podamos sentir ese mundo invisible e intangible que nos inter-penetra, mientras estamos ocupados tratando con lo visible y lo material. Necesitamos muchísimo de esta especial sensibilidad. Vemos los árboles, montañas, lagos, animales, etc. pero no sentimos la relación con ellos, no los sentimos como a seres compañeros con los que compartimos el planeta.

Necesitamos comprender que ellos no fueron creados para nuestros placeres. Estamos generando un desajuste ecológico resultado de nuestro desajuste con nosotros mismos y con la naturaleza. Sólo cuando dentro de uno está la majestuosidad del silencio y la inocencia, la percepción puede ser adecuada. Nosotros tenemos la obligación de cuidar a todos los seres vivientes, a la raza humana y al planeta sino ¿Quiénes lo tendrían que hacer si nosotros somos los que rompemos su equilibrio natural?

Pero el ego  nos juega “olvidos” de algunas de nuestras propuestas con muy sanas intenciones, y entramos muchas veces en luchas sin sentido. Necesitamos comprender que lo conocido es sólo un fragmento de la inmensidad desconocida, entonces internamente ocurre una verdadera revolución interna, una comprensión de la que ya no se vuelve atrás.