El Karma es la ley natural de causa y efecto. La verdad y la fuerza impulsora que hay tras la reencarnación, es lo que recibe el nombre de “Karma”. Esta palabra significa literalmente “acto”, y se refiere tanto al poder latente que hay en las acciones como a las consecuencias que se derivan de nuestros actos. Hay karmas internacionales, nacionales, de una ciudad, familiares, individuales etc. Todos están tan relacionados entre sí, que sólo pueden ser descifrados por un iluminado.

En términos sencillos karma significa que todo lo que hagamos, con el cuerpo, el habla, o la mente, tendrá un resultado. El mínimo veneno puede causar la muerte, y una pequeña semilla puede convertirse en un enorme árbol. El karma no puede ser destruido ni “por el tiempo, el fuego ni el agua”, no pierde su poder nunca, hasta que madura, (y madura cuando se dan las condiciones adecuadas), en ésta o en vidas futuras.

Dado que en general tendemos a olvidarnos de lo que hacemos, y que las consecuencias no nos llegan hasta mucho después, nos resulta muy difícil relacionarlas con su verdadera causa, entonces, atribuimos todo a la casualidad, o a la buena o mala suerte. Además cualquier acontecimiento puede ser una combinación complejísima de muchos karmas que han madurado juntos.

Sin embargo, ¿Qué otra cosa permite explicar de un modo satisfactorio, las pronunciadas diferencias que hay entre nosotros? Aunque seamos de la misma familia, o hayamos nacido en parecidas circunstancias, tenemos caracteres distintos, nos suceden cosas totalmente distintas, tenemos inclinaciones y talentos diferentes. Los maestros nos dicen: “Lo que eres ahora depende de lo que has sido. Y lo que serás, depende de lo que haces ahora”. “Si quieres conocer tu vida pasada, contempla tu estado presente; y si quieres conocer tu vida futura, contempla tus acciones presentes”.

No olvidemos que el efecto de nuestras acciones responde más a la intención con que se hacen y no a su envergadura. El Karma no es fatalismo ni predestinación, es “CREATIVIDAD”, dado que nuestra felicidad dependerá sobre todo de lo que motive nuestras acciones. Hace largo tiempo, que sabios de oriente y occidente enseñaron que nuestra parte “Divina o Alma” está comunicada con el “Carruaje o Cuerpo”, a través del cuerpo “Vibratorio o Energético”.  

Todas las vivencias que tenemos acá en este plano, se trasmiten a su vez, a través de vibraciones, a la Matriz Divina, que está integrando ese plano Superior y Divino. Cuando bajamos a este plano es para cumplir con nuestra “Misión”. Pero no es lo que digamos, ni lo que hagamos, sino lo que sintamos, el disfrute que tengamos nosotros por estar haciendo una obra de bien, de arte, o por la alegría que estemos brindando a otros… Y acá incluimos todo lo que hagamos para que nuestro físico, emocional y mental, se nutran bien y se sientan contentos.