Y también aprendí que uno puede tener canas, pero que lo importante es vivir la vida con ganas. Yo creo que lo que aprendí últimamente es que el “apuro” es algo inventado por los adultos que nos educaron. Por lo menos en mi caso es lo que ocurrió. Me enseñaron que “el Tiempo es Oro”, que el pecado más grande que uno podía cometer era perder el tiempo. Y resulté una persona estresada, siempre apurada, corriendo de un lado para otro sin poder nunca parar y sin poder disfrutar, ávida, que quiere más y más de todo.

Ahora hasta a los desafíos les estoy dando una bienvenida, pues si el Altísimo me los envía es porque, aunque los considere un desafío, por algo están llegando a mi vida y algo bueno me han de traer, podría ser algo para aprender. Alguien dijo: “Si esto no estuviera ya resolviéndose, no estaría apareciendo”

En nuestras relaciones, en los contactos con otras personas, está tanto lo bueno como lo que nos resulta doloroso, y que vemos como desafíos difíciles de resolver. Entonces nos preguntamos: ¿para qué aparecerá esto en mi vida? Si aparece debe significar que el Altísimo considera que me es necesario, y que cuando lo resuelva habré crecido como persona. No olvidemos que nosotros somos Co-creadores, junto a Dios, de la realidad en la que vivimos.

También escuché decir que hay dos tipos de personalidades: Las “Plomo” y las “Oro”, las primeras son las que tienen miedo, ven todo negativo, están en contra del desarrollo humano, y las segundas viven entusiasmadas y agradecidas, a favor del trabajo interior y del crecimiento como personas.

Como ayudas para este trabajo que es de tiempo completo, como el de ser madre, tenemos que desarrollar una atención y una presencia constantes y una consciencia que se haga contantemente cargo de cómo estoy resolviendo esto que la vida me presenta.

Los Grupos o el Sangha nos ayudan en este trabajo inacabable. También el “Conocimiento” impartido por un maestro, pues restablece el orden de los valores en nuestra vida. Además hace que la personalidad se ponga al servicio del Amor hacia el Ser profundo o Alma. Hemos de convertirnos en instrumento de lo Superior. Eso llena de sentido nuestra vida, solo por sentir esa seguridad de tener una misión, de que bajamos a este mundo para algo. Las energías del planeta las generamos toda la humanidad pero además individualmente c/u va generando lo que su vibración le permite generar y en base a eso es que lo que desea se le da, o no se le da. Allí decimos: “Estoy en armonía  o en desarmonía con lo Alto”.