En este mundo todo tiende a equilibrarse. En otros mundos no sé cómo será, pero yo creería que en este universo, todo busca un equilibrio. Y como nosotros interiormente también somos un Universo, donde está todo: lo bueno y lo malo, lo lindo y lo feo, lo sano y lo enfermo, lo que está en crecimiento y lo que ya está achicándose, decreciendo, lo que deseamos y lo que rechazamos, etc.; será con todo eso por donde podemos comenzar a equilibrarnos tanto interna como físicamente.

Creo ya tener algunas cosas aprendidas, con mis ochenta y cinco años vividos, y también comprendo ahora que hay otras cosas que hice en el pasado que eran inútiles hacerlas, pues no me brindaron la felicidad que buscaba. En todo lo que hagamos podemos ir buscando ese equilibrio entre tensión y distensión, puesto todos los músculos que tengamos que mover pueden ser trabajados sin tensiones, manteniéndolos relajados y a la vez con cierta actividad.

Hay un proverbio antiguo que dice: “Haz una cosa a la vez…” Los abuelos también lo decían y sostenían que si hacías muchas cosas a la vez, no ibas a hacer nada correctamente. Krishna dice: “Libre de febrilidad y deseos en la mente, unido con tu Ser o centrado, cuando actúas sin esperar algo de eso, sin querer el obtener o tomar, entonces tu acción se hace perfecta y se libera de toda mancha. No tendrás ninguna impureza de ella. Y recuerda que todos los actos tienen un lado positivo y otro negativo, incluso las mejores acciones”. En esto también está ese cuidado al ir buscando el equilibrio.

En mi caso particular, donde más trabajo esto del equilibrio entre  tensión y distensión, es en mi postura ya anquilosada, solidificada, a través del descuido de tantos años. También los músculos se van gastando, atrofiando, se van retirando poco a poco de este mundo, como lo hacen todos los órganos, la memoria, la persona completa, y toda nuestra energía. Yo agradezco que mis entusiasmos en general no decaigan, y por eso es que pretendo trabajar con la posición que ya ha adoptado mi columna vertebral, que cae hacia adelante y el cuello con la cabeza, que caen un poco hacia atrás.

Cuando vemos un auto que se mueve, sabemos, aunque no lo veamos, que adentro hay alguien que lo conduce. De la misma forma, toda persona que haya desarrollado, aunque sea un poco, su consciencia o sabiduría interna, aunque no la veamos, está siendo guiada para que se mueva de una manera u otra. A veces yo puedo sentir que mi alma me está guiando, hasta llego a reconocer su voz y a entender su mensaje, pero la mayoría de las veces la aparición de cualquier pensamiento distrae mi atención, y sin atención pierdo totalmente esa conducción. Todos buscamos “lo superior”, (felicidad, paz y amor), pero hay quienes lo buscan en el lugar inadecuado.