Cuando los componentes que arman la película de mi vida cambian,  toda mi vida cambia; porque lo que tengo en mi inconsciente, es lo que se refleja en mi presente. Las imágenes que tengo ante mí y que llamo “vida”, surgen de mi inconsciente. Al reprogramar, y cambiar mi inconsciente, mi vida toda cambia. Así es como me he convertido en el “constructor” de mi vida.

Si pienso en algo que he hecho hace tres horas, allí ese era mi presente, pero con cada minuto que pasa eso se va alejando más y más, de lo que ahora es mi presente. Visto desde el futuro el presente que vivo en este momento es pasado. Entonces si pasado y presente se alejan, y futuro y presente se alejan, es imposible que haya algo que no sea presente.  Pasado <–Presente –> Futuro.

El tiempo entonces tal como lo conocemos no existe. Todo es un eterno “ahora”, y al pasado lo podríamos llamar “antes”, y al futuro, “después”. Los pueblos andinos así concebían el tiempo. Era un tiempo cíclico, regido por los hechos cósmicos. Un tiempo circular que transcurre en un eterno ahora, que contiene un antes y un después. Y dado que los hechos pasados siguen coexistiendo, son modificables y por lo tanto el futuro que está del otro lado, se modificará, se renueva. En el “instante presente” convergen diferentes cosas y  emociones, que se generaron en diferentes momentos. Si no puedo digerir y superar la emoción que estoy viviendo, esa emoción quedará trabada y al aferrarnos a ella sufrimos. Hoy y ahora puedo estar en algo que comenzó en la vida de mi abuelo, o en mi vida uterina, o en mi adolescencia, o hace unos años, meses o día. Así está compuesto cada momento a lo largo de la vida.

Es posible, desde este presente, crear hechos que encontraremos en el futuro. Pero antes debemos trabajar los bloqueos del pasado. Empecemos analizand0 el funcionamiento de ambos hemisferios, desde diferentes aspectos o funciones. El izquierdo administra órganos y tejidos específicos, femeninos, como ser la vagina, la laringe, las venas coronarias, y otros que pueden relacionarse con la intención y el “deseo de hacer algo”, siempre desde una mirada evolutiva. La mujer cuenta con el poder de reflexión, analizando lo que desea antes de realizarlo. De este modo somatizará siempre el lado derecho del cuerpo, regido por el hemisferio izquierdo. El hemisferio derecho contiene los centros masculinos, que rigen órganos como ser: próstata, bronquios,  arterias coronarias, etc. Esto es también un resultado de la evolución, pues un hombre que sale a cazar no se podía dar el lujo de pensar y luego actuar. Muchos síntomas osteo-articulares anclados en el lado izquierdo del cuerpo, regido por el hemisferio derecho, puede ser algo que la persona “hizo y se arrepintió”.

Un bio-descodificador utiliza rituales para lo cual es importante ver otra característica de los hemisferios: uno de ellos propone un sueño, pero el otro hemisferio no se convencerá hasta ver y sentir que lo que el otro propuso, es “posible”. El hemisferio izquierdo es lógico, matemático, y se relaciona con lo real, el derecho es soñador creativo. La experiencia humana que llevamos acá en la tierra tiene sus reglas en cuanto a la creación y la manifestación. Es la energía contenida en la materia, la que crea, y nuestros actos, movimientos, palabra y gestos la modifican, generando nuevas materializaciones, nuevos futuros, y nuevos hechos. Ejemplo: Mi hemisferio derecho, (creativo), dice: “voy a comprarme un coche”, y el otro, (el izquierdo), que es el que analiza, le contesta: “¿con qué?”, y si pasa el análisis, eso será un hecho. Así trabajan, como socios.