No sé si eso recibe algún nombre en especial, pero he decidido que todos podrán entenderme si lo llamo así. Hay muchas cosas que uno programa, que otros proponen y que uno espera que ocurran, pero son pospuestas, o desistidas y el asunto es que demoran y demoran… Eso me estaba ocurriendo y hoy, 7/5/2021 se empezaron a concretar unas tras otras.

Alguien que iba a alquilar la “Casita del Río” a cambio de tres días semanales de trabajo de 8 horas diarias, estaba demorando en venir y yo ya dudaba de su concreción, pero explicó que tuvo problemas con el transporte de sus cosas. Que recién consiguió quien le realizara ese servicio el miércoles 5 y que al final pudo hacerlo al otro día, el jueves. Encima el coche se le quedó al ver tan exagerada pendiente y tuvieron que venir a auxiliarlo. Pero quien soñó con alquilar ese paraíso, ya estaba instalada.

El día viernes, 7 de mayo, era el día de mi mudanza que si bien ya la venía preparando desde hacía varios días, yo creía que no llegaba más, también llegó. Pero mi cabeza ya no funcionaba bien. Yo no quería olvidarme de nada pero además todo tenía que viajar bien embalado, bien asegurado. Tenía mis dos fieles ayudantes que trabajaban a la par mía. Ese mediodía llegó la inquilina de la Casita del Río para plantearme varias cuestiones de nuestro contrato. Digamos que era un muy mal momento para mí. Pero lo bueno es que pude verme, que pude comprender cómo el “estrés”, me agota, me cambia el carácter, y hasta la voz se me transfigura.

Ella me decía que cuando uno hace un servicio lo que se acostumbra es a trabajar seis horas diarias, que a ella le parecía que las 8 horas habladas era mucho… Eso me enojó bastante, y le expliqué que ella estaba pagando un alquiler de una vivienda y todo su entorno energético paradisíaco a un precio irrisorio, algo que ya había aceptado, y que yo creía que no conseguiría en ningún otro lado. Que yo no la podía atender en ese momento, y que por favor se fuera. Y yo opté por irme a mi dormitorio para preparar el bolso donde pondría toda la ropa.

Uno de mis empleados con problemas de salud muy serios, a quien yo trataba de ayudar desde hacía mucho tiempo, me demostraba que ambos hablábamos idiomas muy diferentes, porque no nos estábamos entendiendo para nada. Yo le ofrecía que viviendo allí. se quede a vivir en la “Casita Paz y Amor” para que así pudiera hacerse la dieta que le aconsejaba la doctora y hasta le puse la condición de que se mudara el miércoles cinco o sino  mi ofrecimiento caducaba. Entonces él me avisó que esa mañana se había mudado, que ya estaba viviendo allí.

Como había pedido de tener internet en “La Volada” o aunque sea en “La Casa de Todos”, y si bien me habían dado ya un turno para venir a hacer las mediciones necesarias para el 5/5/21, yo fui dos veces a insistir que por favor no dejaran de venir pues el 7 ya vendrían a buscarme para llevarme a Bariloche, pues el frío que pasaba en la chacra me hacía muy mal. Para mi sorpresa, el siete a la hora estipulada estuvieron listas las mediciones con la interesante noticia de que sí se podía instalar en la parte superior de mi terreno, la antena que necesitaba para tener internet. Y después con otra antena tener también en “La Volada”.

Me relajé ya tranquila, y con gran alegría vi que todo se estaba concretando, si bien era a último momento, yo podría viajar tranquila y enfocarme en todo lo que quería preguntar al amigo que como servicio estaba conduciendo mi coche para que yo pudiera pasar un invierno más en contacto con la familia, y más abrigada.