Yo perdono a mis padres porque ellos cada vez que me retaron, me estaban enseñando a ser más fuerte, y así aprendí a ser más independiente, y a distinguir quien de verdad me quiere, y dónde está el verdadero Amor y cómo se siente. También aprendí a poner límites, poniéndomelos ante todo a mí misma, y a serle fiel a mi Yo Esencial o Alma que me habla todo el tiempo a través de la voz de mi cuerpo.

Y cómo no voy a perdonar a mis propios hijos si es más lo que aprendí de ellos que lo que tuve que renegar.  Sí, yo sé que muchas veces me mintieron, o que no me escucharon cuando con mi mejor intención les hablaba, pero también pude verme enojada con ellos y tan feamente enojada que ahora me cuesta reconocerlo.

O sea que gracias a ellos pude verme tal cual iba siendo momento a momento o sea que empecé con lo que ahora llamo “trabajo interior”  y aprendí que no puedo controlar todo, y también llegó el momento en que tuve que soltarlos, y mirarlos desde otro lugar, y verlos como los individuos independientes e inteligentes que son. Solo me queda decirles: ¡Gracias queridos hijos míos!

Perdono a mis actuales compañeros de trabajo, que están a mi servicio, que reciben un salario por lo que hacen y que quizás en algún momento hablaron mal de mí, pero eso yo no puedo saberlo, en cambio sí puedo ver con que voluntad me responden cada vez que les pido algo, puedo ver sus caras sonrientes, su disposición constante. ¡Nada me queda para perdonarles, si mucho para agradecerles!

Pero sobre todo me perdono a mí misma, por no haber sido la hija, la esposa, la madre y la propietaria perfecta.  Me perdono por cada vez que me dejé vencer por el miedo, y me perdono también por todos los errores cometidos, pues de no ser por ellos, no sería la persona que actualmente soy.

Considero que mi historia ha sido muy interesante, que mi vida es una hermosa vida así tal cual cómo va siendo, que de todo lo que ocurre yo puedo aprender mucho y que es  para mi propio crecimiento. Esto lo podría decir también así: Todo lo que ocurre está perfecto, pues tiene un sentido específico de enseñanza y evolución humana,  y si muchas veces no lo alcanzo a ver es porque la Vida me presenta cosas que yo nunca elegiría vivir, y entonces me pregunto: ¿por qué llegará esto a mi vida justo en este momento, y qué puedo aprender de aquí?

Además yo ya aprendí que cuando perdono quien más se beneficia es el que perdona y que cada vez que lo hago estoy tomando una decisión, que las decisiones son un acto consciente, o sea de la voluntad así como también es una decisión el ser feliz o no serlo, el dejar de escribir en este momento e irme a descansar un rato pues ya es la hora para eso.