Constantemente me estoy preguntando tantas cosas que quiero saber… Es mi mente preguntándose a sí misma cosas que ella no está pudiendo contestar. ¿Es que obtengo alguna retribución al hacerlo? Quien se deja maltratar sin querer que lo maltraten, es porque algo debe obtener a cambio. Eso es lo que tengo que ir mirando o sintiendo en mi vida, permitiéndome momentos de quietud y de silencio para poder hacerlo.

A eso le llamo: “Reflexionar” y a veces descubro que allí suelo  quejarme o encontrar culpables. Me puede ayudar para esto, revisar, ponerle atención a mi relación con mi ego, que seguirá existiendo en mí. Parece que él fuera la encarnación de mi mamá, que siempre me decía, apúrate Diana, el tiempo es oro, seguramente podrás todavía hacer esto, y esto otro, y además esto también… Y si cada semana me regalo unos momentos para reflexionar sobre esta misma pregunta, y escribo lo que encuentre, en poco tiempo podré tener comprendido todo el panorama de la energía con la que me estoy rodeando. 1) –  Es el miedo a lo desconocido, lo que no me permite el salto cuántico. 2) – Es apego a lo más cómodo y habitual lo que me lleva a seguir esa voz mental. 3) – Lo que busco inconscientemente es elogio y aprecio, (la valoración del otro). 4) – Necesito “dar-me” a mí misma ese amor y valoración que busco en el afuera.

Todo esto se trata también de cambiar la relación que tengo con mi verdadero YO, mi Alma, mi Ser. Se trata de des-identificarme con lo que no soy e identificarme con lo que soy: “Soy esa Gran Vida” que se manifiesta a través de mí. Para que esto ocurra tengo que ocuparme de des-aprender y des-grabar, de des-activar lo falso, y no seguir archivando y repitiendo lo que no  estoy sintiendo en esos momentos. Eso es lo que nos limita. Para poder responder momento a momento a lo que viene hacia mí, lo que la Vida, o mi Alma me proponen, tengo que auscultar en lo profundo de mi corazón, y permitir que desde allí salga la respuesta, y no seguir aplicando la receta que aquella vez me sirviera…

¿Cómo hacer para continuamente reinventarnos y ser siempre nuevos? Un buen ejercicio será ver, cuando estoy con otros, de qué se está hablando, y qué genera eso en mí, qué siento. Si siento deseos de “escapar de allí” es que esa energía me daña. ¡Tengo que hacerlo!, y quizás pueda alertar a los otros, pues eso nos enferma a todos. Lo que más quisiera es salir de todo programa, rutinas, y propias maneras. “Quiero desprogramarme”. La mente construye hábitos, y eso es para nosotros “lo conocido”. Esa energía atrae más de lo mismo, por eso nos resulta tan difícil erradicar hábitos, maneras o creencias.