Nací en la ciudad de Córdoba, el 12/9/37, como segunda hija de un matrimonio de inmigrantes europeos, ella, rusa, él, rumano. Eso ya fue determinante en lo que sería mi carácter, lo que estudiaría y el tipo de adultez que tendría. Como inmigrantes, vinieron solo con lo puesto, escapándose de la miseria de la guerra y la muerte, y buscando la aventura de bucear en otras aguas…

Se conocieron en Córdoba, y se casaron cuando todavía se sentían los efectos de la terrible crisis del año treinta. Pero trabajaron duro y salieron adelante. Eso los marcó a ellos y a sus cinco hijos que fueron naciendo en esos primeros nueve años. Con el tiempo pudieron comprar una media manzana en lo que todavía era campo, allí construyeron su casa, donde los cinco hermanos fuimos conociendo lo que es la vida en contacto con la naturaleza.

Allí conocí la vida de campo, viendo crecer los frutales, las verduras y las flores, y cada uno de los cinco hermanos nos encargábamos de atender una sección, de regar, sacar yuyos, etc. Recuerdo el dulzor de las brevas maduras, la cosecha de los damascos, directamente desde el suelo, después de que cayera  “la pedrada”, de esas que saben caer en Córdoba. Allí pudimos conocer todo tipo de animales y su crianza. Hubieron gallinas y patos, palomas, avestruces, pavos… ¡Tantos recuerdos que hacen a lo que después seremos!

Mi hermano más chico nació cuando yo ya tenía nueve años. Yo lo cuidaba, lo hamacaba, lo sentía mi muñeco. Hicimos una relación muy especial. Muchos años después, ya mujer adulta, me vengo a enterar que ambos tenemos exactamente la misma numerología, eso me llama mucho la atención pues hasta ahora no he conocido ni escuchado de otras dos personas con idéntica numerología. Todo eso me habla de que todo, absolutamente todo lo que nos ocurre tiene un sentido que cada uno tendrá que descifrar.

En la época escolar aprendí a tejer, a coser, y a cocinar. Todo eso fue creando un fundamento para lo que elegiría hacer en mi vida más adelante. ¡Aún me sigue gustando mucho inventar mis propias recetas según sean los elementos que disponga para cocinar! Me gustaba mucho dibujar, era mi pasatiempo favorito, dibujaba en cada rato libre, y a los 15 años mis padres me enviaron a un taller de pintura al óleo.  Ya casada aprendí a pintar con acuarela, es la técnica que más me gusta actualmente.

Con mis hermanos nuestros juegos predilectos eran subirnos a los árboles, andar en bicicleta y construir casitas con cuanta cosa estuviera a nuestra disposición. Todo lo que nos ocurre en nuestra niñez no hay duda de que nos va modelando, yo opté por la arquitectura y trabajé luego treinta años en esa profesión. A los catorce años tuve amebas intestinales, que aún ya erradicadas me dejaron muy estreñida, me pude curar haciendo mi propia comida vegetariana, siguiendo la dieta que en su libro aconsejaba un médico naturista y aún sigo esa dieta.