¡Hay tantos cambios! son diarios, momento a momento, en lo externo y en lo interno. Para darnos cuenta de esto hemos de vivir el momento presente, entender que todo lo que ocurre tiene un sentido, que está generado en parte, por nosotros mismos y en parte por la respuesta vibratoria con la que el Universo responde a nuestra actitud, o quizás podría decir, a nuestros sentimientos u oración.

Para poder aceptar que nosotros somos “ese grado de conciencia”, con la que vivimos momento a momento, nos podemos ayudar practicando paros en medio de nuestras actividades, momentos de un real silencio, donde la mente tranquiliza su carrera constante, y por unos instantes para. Para ello pongámonos en contacto con lo que sentimos, con las sensaciones del aire entrando y saliendo por nuestra nariz,  o con lo que sea que estemos sintiendo.

Y si uno es el que está deseando generar un cambio, ya sea externo o interno, podemos ayudarnos sintiendo esa confianza básica de que el Universo responderá a nuestro deseo, tal como otras veces sucediera, y sentir la alegría “de que ya se ha producido ese hecho sincrónico que deseamos, que hemos imaginado con todos sus detalles, que creemos posible, aunque aún no sea una realidad en nuestra vida. Y sin escuchar al ego, que es el crítico y temeroso en todos nosotros.

Todos deseamos disfrutar de esta vida, yo creo que vinimos a aprender lo que es la felicidad, y para eso hemos de adaptarnos a tantos cambios. Pareciera que actualmente hay tal cantidad de cambios, más que antiguamente, y quizás sea esto lo que hace que nos sintamos no preparados para poder vivirlos. En mi caso,  muchas veces, cuando me aparece la crítica o el enojo ante acciones o sólo gestos de otros, me digo: “Para, obsérvate, “¿eso es lo más correcto que puedes sentir?

Todos estamos capacitados para decidir qué necesitamos hacer o tener para encontrar felicidad. Somos seres libres, pero cuando nos es muy difícil optar, probablemente sea que estamos prisioneros de nosotros mismos. Aún un prisionero en la cárcel, puede llegar a sentirse libre, mientras cumple su condena, si puede reconocer qué es lo que lo movió a realizar lo que hizo, y para eso necesita haber estado muy consciente de la razón por la que realizó esa acción.

La mayoría de las personas, obran arrastradas por su emocionalidad, y así hasta llegan a matar a otro…, no siendo eso lo que querían hacer. Entonces si realmente queremos estar conscientes, necesitamos practicarlo en todo momento, mientras estamos despiertos, pues cuando dormimos no podríamos ejercitarnos. Sí, mientras caminamos, cocinamos, comemos, escribimos, etc. etc. Sí ya sé, es algo bien difícil de hacer pero la práctica, lo es todo, y nunca perder las esperanzas, de que obtendremos lo que buscamos.