A todos nos pasa que nuestra mente no para nunca, habla todo el tiempo, a veces seguimos sus consejos, pero hoy lo que decidí fue escucharla, y quizás poder llegar así a entender desde donde saca lo que nos va diciendo. Cuando busco cómo acallarla, (puesto que sé que el ritmo mental va acorde con el respiratorio), me ocupo de tranquilizar mi mente alargando la respiración. Y si esto no es suficiente, busco las sensaciones que tenga en alguna parte del cuerpo, en general en las manos y dedos.

A veces me pregunto: ¿Cuál es el origen de esta mente?, ¿De dónde surgen todos estos pensamientos, estos conceptos?, ¿Cómo surgen y desaparecen mis gustos y aversiones por las personas? Pero en general mis dudas se refieren a la problemática diaria; ¿me convendrá hacer esto, o sería mejor hacer esto otro?; y es a eso a lo que yo llamo mis constantes elucubraciones mentales. La respiración, el Prana y escuchar esa sensación del cuerpo a través del cual nos habla el Alma, son  mis ayudas.

Lo que siento, y creo, es que detrás de cada acierto, está la conciencia diciéndonos: – “Mantente relajado, y en el presente, y podrás escucharme puesto que  yo te guío, estoy dentro de ti”. Nuestra vibración energética es la constante oración que mantenemos con el Universo, pues orar no significa simplemente sentarse y cantar algunas palabras. Se trata de estar en ese estado sereno, tranquilo y meditativo, y una vez allí, soltemos la intención, el universo la resolverá, pues la conciencia se expande, se funde en la Conciencia Infinita, y uno reconoce lo que necesita para ser feliz.

Por fin estoy llegando a mis movimientos mentales que es lo que quería relatar. Hoy, como lo hago todos los días, lo primero que mi mente me dice es: – “vamos, son las 7 de la mañana, y parece que va a hacer un lindo día…” Luego de ir al baño, empiezo con la práctica diaria, primero los ejercicios, moviendo todas mis articulaciones, luego las respiraciones, y por último la meditación, (espacio en que la mente se queda callada, por instantes, tratando de intervenir hasta en el silencio…

En toda esta propuesta de observar mi mente, para comprender de dónde viene tanta charla, veo que son varios personajes. Algunos provienen de la memoria, que nos recuerdan lo ya vivido. Otros son más o menos conscientes. Los primeros repiten cosas aprendidas sin analizarlas, y los más conscientes, quizás pertenecen a lo que yo llamo el “maestro interior”, que busca nuestra evolución. Así es que escucho: “Ya, deja de escribir pues dijiste que a las 17 hs. saldrías a caminar…” o a veces: “Al ser constante estás teniendo más fuerza muscular y una mejor postura. ¡Te felicito!»