Y si nuestra Madre Tierra está enferma, enfermamos todos con ella, y si muriera moriríamos todos con ella, esto es muy fácil de que la mayoría lo podamos entender. Los videntes, los que leen en el “Espacio Infinito”, nos vienen diciendo que: “algo que deberíamos todos implementar, es vivir en la energía del amor”, con eso el planeta y nosotros sanaríamos.

La energía fotónica es lo más cercano que podamos imaginar, a una cura milagrosa para las enfermedades del planeta. Llegará el momento en que el fotón sea nuestra única fuente de energía, para todo. Pero podemos comenzar simplemente inspirando los fotones para que entren en nosotros. Hagámoslo imaginando que el fotón penetra a través del chakra de la corona, glándula pineal, timo y desde allí, por la columna vertebral al resto del cuerpo.

Cuando ya empezamos a vivir en la “Frecuencia del Amor”, deseamos ayudar a sanar a otros. Nos duele verlos sufrir. Pongamos nuestra mano diestra sobre la cabeza de la persona a ser sanada, e inspiremos la energía fotónica a través de la coronilla, glándula pineal, timo, hombro y saliendo a través de la mano hacia el cuerpo de la persona. Ese cuerpo lo va a sentir y lo agradecerá.

La sanación de los cuatro cuerpos es la sanación más importante, profunda y completa que podemos lograr. Inspiremos los fotones con toda nuestra luz, y cada vez que lo recordemos, especialmente cuando no nos sintamos bien o cuando están sanando a otros. Esto nos fortalecerá. Es muy importante que todos empecemos a hacer algo con los fotones.

El respirar y hacer circular los fotones es la finalidad de nuestra bajada a este mundo. Somos co-creadores con la Madre Tierra. Ayudemos al planeta insuflando los fotones a los árboles y ellos a su vez ayudarán a que circulen en la atmósfera que todos respiramos. Los árboles nos ayudan a existir en este plano. No podríamos existir sin ellos pues son parte del ciclo de la vida. Los fotones nos rodean, utilicémoslos.

Comencemos ya, y estemos listos para la poderosa oleada de energía fotónica que dentro de poco tendremos, tanta que ya no vamos a tener que pensar en ella. Estemos conscientes de que  podemos trabajar con los fotones aun cuando no los podamos ver. Mucha gente cree que lo que no pueden ver, no existe. La energía fotónica existe y la tenemos que utilizar lo antes posible. Insuflémosla en cada comida, bendiciendo el alimento.

Los fotones siempre se ven afectados por nuestros pensamientos y solamente responden al amor. En el plano de “Conciencia Terrestre” (de la tercera dimensión), los pensamientos lo son todo. Entonces cuando pensamos amorosamente, atraemos la energía fotónica hacia nosotros. Nuestro cerebro consta de dos hemisferios, el izquierdo: creativo, y el derecho: analítico. Tratemos de mantener en equilibrio ambas energías. Todo este viaje tiene que ver con avanzar desde el “temor al amor” y para ello procuremos encontrar y enfocarnos en lo positivo de todo lo que escuchemos.