Sí queridos amigos, el ser felices es una decisión propia. Lo primero será tener reconocido que eso es lo que deseo. De esto me di cuenta esa vez que uno de mis hijos me preguntó: ¿Cómo sabes mami, cuando estás feliz?, y yo le contesté: es muy difícil de explicar por no encontrar las palabras para hacerlo. Muchas cosas pueden producirte felicidad y en general te dejan “mudo”: una maravillosa puesta de sol, una mariposa posada en tu mano, el aroma de un prado de manzanos en flor… la increíble suavidad de un pañuelo de seda, la sonrisa o comprensión de un amigo…

Es importante que los padres hablen a sus hijos, desde que son pequeños, de que viven felices. Padres quejosos, o demasiado introvertidos o chismosos, o muy peleadores y gritones, no trasmiten que existe la “felicidad”. Si no sabes que esa es una de las posibilidades de la vida, es muy improbable que la desees. Pero sí podría surgirte el pensamiento de que no puede ser que este diario y repetido vivir es todo lo que la vida nos ofrece: – “debe haber algo más, mucho más”. Y sí, hay más, muchísimo más, y generalizamos poniéndole el nombre de “felicidad”.

Detrás de nuestra máscara social todos tenemos los mismos: miedos, rencores, angustias, tensiones, estrés, apuros, avidez, o depresión. En síntesis eso hace que nuestra mente esté de continuo tan dispersa. Donde la pongamos, irá con nuestras emociones y por lo tanto con nuestro corazón. Dice la ciencia que la mayoría de los humanos tenemos 70.000 pensamientos diarios, y si estamos estresados ellos serán negativos, generando problemas de salud. Si cuando nos despertáramos por la mañana, lo hiciéramos sonrientes y felices, (y no preocupados), pensando en ir a saludar a la familia y a disfrutar del rico desayuno y de las bellezas que cada día nos ofrece; todo sería diferente.

También nos dice la Física Cuántica, que nosotros tenemos cuatro cerebros, y no solo uno. Está el “Neo Cortex”, el cerebro más nuevo. Debajo de ese está el “Cerebro Límbico”, es el emocional, el que nos hace sentir más, menos, o nada contentos y felices. Nuestra forma errónea de pensar nos va generando un estrés psicológico, que inhibe la producción de serotonina, e incita la de adrenalina, y la de cortisona, y entonces aparece el miedo al futuro, a lo que piensen los otros de mí, etc.  Casi todas las enfermedades por las que muere la gente en este mundo se deben a esta forma errónea de pensar. También está el “Cerebro Reptiliano”, que tiene la memoria ancestral por ser el más antiguo, que ataca,  reacciona,  se defiende o sale corriendo.

El “Cuarto Cerebro” es el que está en el corazón, porque el corazón tiene más de 70.000 neuronas, células nerviosas que piensan, intuyen, tienen percepción, análisis sensorial, y pueden predecir. Poder leer las respuestas de nuestro corazón nos lleva a saber quiénes somos en lo profundo, a como ser felices y hacer que los demás también lo sean. Con solo cambiar mi forma negativa de pensar y sentir, (con frecuencias des-armónicas), por otra más positiva, con agradecimiento, gozo, y alegría, (son vibraciones armoniosas) ya todo cambia.  Deseemos que nuestra meta sea crear, entre todos, una sociedad más feliz, menos negativa y más pacífica.