Comparándonos con los animales u otros seres vivos, la mayoría diríamos: “Nosotros somos pensantes, ellos no piensan”. Pero si vivimos con las gafas de la mente puestas, no podremos comprender la vida, y tampoco quiénes somos nosotros. La mente pertenece al “cuerpo físico – mental –emocional”, ese cuerpo que generaron nuestros padres, para que usáramos en esta encarnación. O sea es nuestro vehículo, que nos permite movernos y hacer todo lo que nuestra imaginación nos vaya dictando.

A su vez, la mente genera un instrumento que también pertenece a nuestro yo físico-mental-emocional, (o yo psíquico), que es el “ego” que, a su vez, cumple una función: es nuestro servidor, espera recibir órdenes, y hemos de decirle que es lo que vamos necesitando, pues si no, él llega a creerse el “amo” y comanda nuestra vida. Pero, apreciemos sus servicios, y cuando queramos que el ego se desactive, “tomamos nosotros el mando consciente de nuestra vida” y entonces el ego puede dejar de lado sus automatismos, y contribuir con nuestro trabajo espiritual recordándonos, cada tanto, lo que le hayamos encargado.

¿Pero entonces nosotros en esencia qué somos? Nosotros somos “Conciencia”. Es lo que siempre hemos sido, somos y seremos, que no nace ni muere, ES. Se la llama de muchas maneras: Espíritu, Alma, Ser, Esencia Divina, Energía, y Amor; (el nombre es lo de menos, es lo que no muta ante las muchas circunstancias de la vida). Es tu Ser, eres Tú. Los orientales le llaman “el Observador”, el que siempre está allí, instante tras instante, impasible, siempre presente.

Todos sabemos que cuando ya hayamos cumplido con todas nuestras funciones, acá en este planeta, nuestro cuerpo experimentará la muerte y será enterrado o irá al crematorio. Pero la conciencia, lo que en esencia somos, eso nunca muere. Para ella, lo que la humanidad llama muerte, es una puerta que se abre hacia otra habitación de la única vida que existe, compartida por todas las especies existentes en este planeta. Pero yo me pregunto: ¿En otros planetas habrá lo que nosotros llamamos “vida”?

Así como en esta vida, nuestro cuerpo va cambiando su ropa, y   solemos también cambiar de casas, o de coches, lo fundamental es que nosotros nos sigamos sintiendo los mismos y no más importantes por tener una casa con pileta de natación, por ejemplo. En el proceso de la evolución de la consciencia de la humanidad, todavía muchos seres humanos están tan identificados con su cuerpo, su casa, y su coche, que aún no han comprendido que todos en esencia somos seres divinos, amorosos, etéreos, que venimos, tomamos un cuerpo, nos manifestamos, y nos vamos. Somos “Conciencia”.