Quiero entender mejor como funciona esto de la auto-culpa. Cuando nos culpamos generalmente hay una vieja causa, de la niñez quizás, que es la que desata el actual proceso. Veo que no estoy sabiendo vincularme, no estoy aceptando que todo lo que vive está en transformación continua, y si no me acepto y me amo a mí misma, tampoco puedo aceptar y amar a los otros.

Hace pocos días que estuve muy preocupada por la actitud adusta de un familiar muy querido, porque en todo el tiempo que estuvimos juntos no mostró ni una sonrisa, ni el menor gesto de alegría. Todo parecía caerle mal, era como que se había enojado con la vida, con la forma en que estaba funcionando este mundo. Quería ayudarlo sacarlo de ese estado pero no  encontraba cómo.

Me dije:- “Esto es algo para que yo lo mire en profundidad”. Ya a varios amigos les había escuchado decir:- “Cada uno ha de enfocarse en su propia sanación, en lo que le dice su corazón, y no en el comportamiento de los demás”. Pero esto es otra cosa, yo lo veía mal, y me daba miedo que se enfermara, que cayera en una depresión, y que entonces fuera muy difícil levantarlo. Sentía que algo tenía que hacer, y no sabía qué era eso. Y también me daba cuenta que quien había entrado en escena era mi ego, y que me estaba haciendo sentir culpable.

Sé que he de dejar que cada adulto viva como puede, que tengo que “soltar” a mi querido amigo, que está reaccionando y decidiendo vivir de la mejor forma que encuentra. Mis percepciones al respecto pueden estar erradas. Hay algo que nos separa y sé que el “Amor”, disuelve todas las barreras, y que este es un tiempo para la unicidad, para que antes de decidir nada sean mente y corazón unidos los que decidan, y sabiendo que lo que hagamos repercutirá además, en todo el mundo a través del campo morfo-genético.

No quiero sentir culpa, y necesito mirar esto con mucho amor, ya que por sentirme poco, o no querida por mis padres, hice siempre todo lo posible para ganar su aprobación  y su afecto, y en eso me parezco mucho a este amigo a quien intento ayudar, (sin que me lo haya pedido). Entonces me aparece esta pregunta: ¿No estaré proyectando en él todo este dolor, esta culpa emocional, esta sombra, que no quiero sentir? Conozco y confío en que la “Inteligencia Divina” está siempre tratando de ayudarnos a equilibrar nuestro campo energético para que nos sintamos libres, en paz, y felices y podamos dar la bienvenida a cualquier nuevo reto que la vida nos presente, y así no tener  necesidad de culparnos a nosotros mismos, ni a otros.

Recordemos que juzgamos para no sentir esa emoción que no queremos sentir. Uno puede culparse por actuar demasiado de prisa, por no pensar debidamente cada asunto, o por confiar en las opiniones de los otros. Y quizás esos juicios nos duren semanas o meses, llevándose lo mejor de nosotros mismos. En casos así, no queda otra que “rendirse”, y pedir la ayuda de nuestro Yo Superior o Maestro Interno, rezando una oración propia, o pidiendo alguna señal, o sincronías y agradeciéndolo siempre.