Estoy empeñada en ello, es una gran tarea que no nos resulta nada fácil. Empiezo mirando cómo es la relación conmigo misma. Cuando uno se sana físicamente, uno empieza a sentiré bien, no solo por no tener más sus dolores, sino porque eso influye emocional y mentalmente, y hasta en su ser profundo. Por la edad, yo ya tengo muchas molestias que acepto resignada pues nos va a pasar a todos, antes o después, en mayor o menor grado.

Sé que si consigo sanar mi mala postura física, habré cumplido con la meta que me propuse al bajar a este mundo: “la de irme ya más crecida como persona”, y ahora comprendo que sería como un doble crecimiento, uno espiritual, potenciado por otro crecimiento físico, (en altura), y a la vez emocional, (en alegría). Estos son los remedios que buscaba, y que ahora me están llegando, tengo la impresión de que los estoy consiguiendo muy de a poco, muy despacio.

Te preguntarás seguramente: ¿Qué estará haciendo? Sonriendo te respondo: Encontré un libro en mi propia biblioteca, que ni recordaba que lo tenía, y me interesó de nuevo, tanto…, que lo empecé a resumir y a poco de comenzar, a la vez lo estoy practicando, y sé que tengo para rato, quizás para el resto de mi vida, pero al estar convencida de que me enviaron la ayuda desde otros niveles, de que es algo sincrónico, todo me resulta más fácil y más aceptable.

Al libro este ya lo tenía muy marcado como para releer lo más importante, y eso debe haber sido hace muchos años, pues de todo eso no recordaba nada. Se llama: “Autoconocimiento a través del movimiento” de Moshe Feldenkrais y creo que fue escrito hace unos cincuenta años. Trae doce lecciones prácticas de ejercicios para ir mejorando nuestras capacidades tanto físicas, como sensoriales e imaginativas. Me tiene fascinada, por eso es que decidí resumirlo. No tengo dudas de que así estoy sanando la relación conmigo misma.

Pero ¿Cómo sanar las otras relaciones? Con entusiasmo, con el fuerte deseo de conseguirlo, buscando las cualidades y lo positivo que todos tienen, en vez de hacer foco en sus defectos, en lo que nos molesta. Justamente una amiga muy cercana, es tan quejosa… Por el clima, por el costo de las cosas, por el mal estado de las calles, el gobierno, etc. etc. Pero a su vez es tan servicial, desea ayudarte en lo que sea que estés haciendo. Y cuando sonríe es tan bonita, tan dulce, que aprendí a quererla, y a no intentar enseñarle a vivir, pues ella cree que ya lo sabe.