En mi caso yo quiero cambios en mi cuerpo. A la mala postura de la columna y del cuello, y también de las piernas cuando estoy sentada, ya le están acompañando toda una problemática que seguramente me traerá con el tiempo enfermedades.

Sé que tengo que ocuparme ahora, ya que la voluntad mental que estoy poniendo decae en el mismo momento en que mi foco de atención es atraído por lo que estoy haciendo. Entonces estoy investigando porqué mi voluntad no se mantiene allí donde la pongo.  Encuentro que mi atención prevalece en lo que para mí tiene más importancia, instante tras instante. «Una cosa por vez», es una enseñanza fabulosa. Pero quiero cocinar rico, y a la vez estar atendiendo mi postura, y mi atención viaja de un interés al otro.

Entonces decidí buscar una ayuda externa, algo que sostenga mi cuerpo, mientras cocino o camino. Y no me quedan dudas que además, mi voluntad deberá estar activa todo el tiempo.  Desde lo «Alto», fui ayudada, a través de lo que yo llamo sincronías. Hablando por teléfono con una amiga que vive en otra ciudad, le comenté lo que estaba como prioritario en mi mente en ese momento, y me dijo que ella usó durante veinte años un corrector postural cuando era más joven y trabajó con ejercicios para formar musculatura que es lo que ahora la sostiene. Me explicó cómo era lo que ella usaba y cómo eran los otros modelos que ella conocía. Terminé sumamente agradecida con ella, conmigo, con la «Inteligencia Superior», que envía a cada uno de sus hijos eso que están necesitando.

Tanta era mi alegría que no podía dejar de hablar de eso con quien me preguntaba ¿Vos cómo estás? Y así una de mis hijas me dijo que ella conoce un negocio que está cerca de su casa, que podría ser que los vendieran. Y fuimos, y me mostraron un folleto, conversamos un rato, nos entendimos y pedirían mi talle para que yo pudiera medírmelo. Y el pedido llegó, me lo medí, lo sentí cómodo para un rato sí y un rato no, y ahora solo me falta pedir a mi médico una orden, pues sin ella no pueden vendérmelo. ¿A alguno de mis amigos que leen esto les quedan dudas de que  Dios nos ayuda a todos mediante estas sincronías?

“Cuando no puedas trotar, camina; cuando no puedas caminar usa el bastón, pero nunca te detengas”. (Madre Teresa de Calcuta) En mi caso a mí esto no me basta, porque mi Sabiduría Interna me dice que puedo volver a caminar, bien derecha y sin bastón, no a correr, pero sí a caminar respetando el que sea mi ritmo de cada momento.

Yo sé que el cuerpo desea estar sano, y que la salud es un estado de equilibrio perfecto. El tratamiento que el médico o uno mismo se proponga, puede y debe aprovechar esta tendencia del cuerpo de volver al estado de salud. Acá entiendo que el tratamiento del propio paciente debe sumarse a los de sus médicos, diciéndoles claramente lo que su corazón desea. También sé que para una voluntad firme, nada es imposible, no hay fácil ni difícil, fácil es lo que ya se hacer, difícil, lo que aún no he aprendido a hacer bien”. Siento que vine a este mundo a aprender, y seguramente ésta es una de las cosas que más necesito aprender actualmente.

Cuando me conecto con el sentir de mi corazón, con mi maestro interno, me aparece una seguridad, hay como una energía espiritual interna que la siento totalmente curativa y lo que voy pudiendo hacer, paso a paso, me deja muy contenta, lo hago con mucha satisfacción, me organizo mis propias rutinas que respeto lo más posible. 

Curarse es todo un proceso de lo más creativo. No es solo llevar el cuerpo al médico  y esperar a que él lo cure. El médico nos puede dar las indicaciones pero depende del enfermo la curación. Y digo que es todo un proceso porque necesitamos estar muy atentos a lo que vamos sintiendo que es la forma en que nos habla nuestra Alma, a través de la voz del cuerpo.

Ya se sabe desde mucho antes del nacimiento de Cristo que la fuerza curativa del ser humano es el recurso más valioso que tenemos a la hora de recuperar la salud. ¿Pero cómo encontrar esa fuerza curativa dentro nuestro? Hoy a la tarde tuve un turno con una masajista a la que no iba desde que comenzó la pandemia. Conversamos primero de lo que yo sentía y quería para mi bienestar y ella me explicó que me vendría bien un masaje que me ayude a solucionar mis contracturas, y realmente lo sentí maravilloso, Ese sentir viene del corazón, y es la voz de esa fuerza curativa que todos tenemos.   .