Todos necesitamos tener personas cercanas, para vivir vidas significativas, puesto que ninguno de nosotros es una isla. Cualquier aspecto de nuestra vida involucra relaciones. Una buena relación, es muy estimulante, y una mala llega a ser agotadora. Por eso necesitamos entender cómo tratarnos y cómo tratar con otros. Y lo más desafiante es que todos somos diferentes, pero queremos llevarnos bien con la diversidad de personas que tenemos ante nosotros.

He explorado algunos aspectos de las relaciones, que inspiran armonía e integración a nuestro alrededor. (1) – Tengo que ser el artífice de mi felicidad y para ello no he de dejarme influenciar por las actitudes y palabras de otros, pues le estaría dando más importancia a los pensamientos y sentimientos de otras personas que a los propios. He probado de dejar pasar esos comentarios, y al no reaccionar, vi que empezaban a dejar de decirlos.

(2) – He encontrado más comentarios positivos cuando la expectativa de la actitud ajena, no anida en mis relaciones. Nadie puede hacer que uno esté feliz o triste si no se le da el permiso. Un comportamiento flexible, tranquilo, y no reactivo, alentará a otros, a dar lo mejor de sí también. El universo es muy abundante y podemos aprender a alejarnos de los pensamientos mezquinos, aumentando la conciencia de todo el ambiente, mediante la meditación, y los ejercicios respiratorios.

(3) – Abandonar la obsesión y la fiebre. Para la mayoría de nosotros, estar enamorado es la emoción más buscada. Frente a ese único amor, todo lo demás se desvanece y se vuelve insignificante. Sumergidos de cabeza en la emoción más profunda, los otros sentidos desaparecen. En poco tiempo ese único pensamiento llega a hastiarnos y recién nos damos cuenta que nos quedamos sin energía. Y eso duele, y molesta tanto a nosotros como a quien había atraído toda nuestra atención.

(4) – Comunicarse efectivamente. Dado que interactuamos con un conjunto diverso de personas, en términos de edad y temperamento, no puede haber una respuesta o método universalmente aplicable. Tomemos un comportamiento y una comunicación de acuerdo con el tipo de persona con la que estemos tratando. Estar centrado y mantener una naturaleza tranquila y serena, puede evitar estas trampas en las relaciones. Practicar respiraciones y meditación, son nuestras ayudas.

(5)- Dar y tomar en equilibrio: Nos parece que dar y dar es una buena cualidad, pero así privamos a otros de sentir la alegría que eso produce, y nosotros no tendremos la amargura, de no ser reconocidos. ¡Al dar hay tanto para aprender! y esto me lo digo especialmente a mí, que soy bastante mezquina, (hasta conmigo misma), a pesar de tener bien claro que mi Misión es “Aprender para poder enseñar”. Nuestras relaciones mejorarán, al darnos tiempo para pensar, sentir y experimentar.