¡Somos seres maravillosos! Ante cada circunstancia, ante cada deseo y ante cada trabajo, tenemos que decidir cómo hacerlo, pues siempre habrá más de una posibilidad. Y aún cuando ya hayamos decidido algo y lo estamos realizando, puede ocurrir que se nos aparece algo que no vimos antes, y en general podremos cambiar, o tenerlo en cuenta para una próxima vez.

Por ejemplo: Yo deseo aprender a valorar a mis familiares y amigos, y a toda persona que contacte. Pues sé que todos buscamos sentirnos valorados para ser felices. Pero además quiero ser auténtica y honesta, elogiando sólo eso que yo estoy viendo y apreciando como real. ¿Pero como hago para elegir entre las varias virtudes que en cada persona pueda encontrar?  Una vez que veo los diversos dones elogiables, los comparo, elijo y allí actúo, eligiendo (con otro proceso similar), las palabras que mejor lo expresen.

Uno de los secretos para lograr lo que deseamos, es conservar el espíritu del niño que fuimos, por el resto de nuestra vida, o dicho de otra manera: “!Nunca hemos de perder el entusiasmo!” El bienestar material no es la clave de la auto-realización, como la mayoría lo cree. Estamos viviendo una crisis en todos nuestros sistemas y en general en nuestra manera de vivir lo personal, lo cultural, lo social, y podríamos decir también lo ambiental, por nuestra manera de descuidar, sobre todo, la ecología.

Muchas de las culturas que nos precedieron, en general, vieron que la clave de su universo eran valores más religiosos, digamos intangibles, culturales, o éticos. Tenemos que tener siempre presente que: “Nuestro crecimiento no siempre es prosperar”. Necesitamos tener una nueva métrica con la cual poder medir, comparar y elegir, por ejemplo, si queremos seguir viviendo en el ambiente en que estamos, (familia, amigos, entorno, ciudad, país, etc.), o si tenemos posibilidades de algún cambio.

Me pregunto: ¿Cómo es el país en el que quisiera yo vivir? Un país donde el progreso humano se reoriente hacia la búsqueda de que el bienestar de su población, esté basado más en la calidad de sus relaciones, que en la acumulación de los bienes personales, (que en definitiva termina siendo una acumulación de basura, que nos molesta a todos). Y también buscar la manera de que nuestros intercambios sean más locales, reduciendo el movimiento masivo y geográfico de bienes personas y capitales.

Lo que quiero junto a una gran mayoría de humanos, es construir un mañana muy diferente al actual. Pero también conozco el dicho: “El mañana se construye ahora». Entonces primero hemos de elegir una sola cosa en que todos coincidamos, sobre que es lo que sería lo más importante de empezar cambiando, y luego cómo organizarnos para poder decidir qué pasos dar primero y cuáles le seguirán, y cada decisión implicará un proceso similar al tema que acá estamos tratamos.