Cuando me siento mal necesito definir exactamente qué es esto que siento. He de preguntarme: ¿Estoy creando esto por adicción al sufrimiento? ¿A qué sufrimiento?, ¿en qué situación? El sufrimiento es una creencia errónea del ego. !No le demos poder! “Somos espíritus perfectos en movimiento” Todos queremos que los demás nos acepten y nos amen, pero nos resulta muy difícil aceptarnos y amarnos a nosotros mismos. Preguntémonos: ¿Qué creencias tengo?, ¿Qué creo de mí, de lo que soy capaz, y de lo que me resulta posible o imposible?, ¿Cómo creo que soy y cómo creo que debería ser? ¿Qué imagen intento proyectar hacia afuera? Todo eso es la base de nuestra personalidad, y es lo que nos controla.
Nuestro poder personal es nuestro poder energético, y eso se renueva cada día respirando y descansando. Nuestra vida está controlada por nuestras creencias: las que surgen del miedo consumen nuestra energía, las que surgen del amor la incrementan. A eso que sentimos que nos tiene prisioneros, a eso le hemos entregado nuestro poder. Necesito reconocer quién me habla, si es el miedo, o si es el amor, y mis sentimientos serán mi guía. ¿Qué emoción hay en mí ahora?, ¿Qué pensamiento, voz o creencia hay tras ella?, ¿Es verdadera o mentirosa?, ¿ Será mejor que la escuche o que la acalle? ¿Cómo me suena: ruidosa o silenciosa?
La historia de nuestra vida es un cuentito inventado según fueron siendo nuestras percepciones. Por eso es que cada uno crea su propia realidad. Vivir con los 4 acuerdos (de Miguel Ruiz) transforma nuestra vida. Hemos de darnos cuenta que “Impecable” significa “sin pecado”, o sea sin maltrato ni mentiras a uno mismo. Las creencias erradas oscurecen nuestra mente impidiendo que la luz de la conciencia, que es patrimonio de todos nosotros, (“esa luz que somos”), se manifieste en este plano. Al nacer, al crecer y también actualmente, el Campo Morfogenético nos va tiñendo con esas vibraciones energéticas humanas que resuenan con las que en ese momento vibramos nosotros.
Descubierta la creencia que me está oscureciendo, que me “corre” de mi vibración o «nota original», voy atrás en el tiempo para encontrar cuando empezó a funcionar eso así en mí; de quien lo recibí, que sonido tenían esas voces, (lecturas, dogmas, etc.). Necesitamos ver cómo la energía quedó detenida allí, como “la luz que somos”, o parte de ella, quedó atascada, oscurecida, allí. Será necesario mover todo eso, allá en aquel presente, y después en todos los presentes en que se fue nuevamente presentando. Hemos de comprender que la repetición no existe, que todo es “ahora”, cada vez nuevo, y diferente. Para volver a la vibración original, natural y sana, puedo buscarla dentro de mí misma, intuirla, y cantarla muchas veces. Esa es mi nota o sonido personal, para que ella me reubique, que “re-vibre” o active la conciencia detenida. ¡Eso cura! A eso le llaman “Iluminar conciencias”.
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