Si abrimos, si desplegamos este “momento presente” podremos observar varias cosas: Que lo estamos creando entre todos los que acá estamos, y que a esta realidad algunos la llaman: “Matriz, Holográfica”. El salto cuántico de que habla la ciencia, depende del crecimiento de la conciencia humana y está ya siendo una realidad. Los que estamos acá reunidos hemos optado por esta posibilidad, elegida entre tantas otras opciones posibles. La opción elegida, que tiene su propia frecuencia, combina con la frecuencia de la conciencia de cada uno de los presentes en este momento, sin importar que seamos dos o veinte personas.

Cada opción elegida puede tener tres tipos de impactos: de inmediato, de mediano, o de largo plazo. Esto es una especie de “efecto dominó”, una serie de “causa-efecto, causa-efecto…” Y si bien todos estamos contribuyendo al campo morfogenético o energía de la reunión, cada uno es responsable de su vida al 100%. Si vengo frustrado, negativo, molesto, eso será lo que iré recibiendo a corto, mediano o largo plazo. Y con emociones positivas ocurrirá todo lo contrario. Cada conjunto de emociones atrae realidades compatibles que se apoyan energéticamente entre sí. Aún los “codazos”, no los imaginados sino los reales, son apoyos del Universo, dados siempre desde el amor, para que no nos desviemos de nuestro camino.

Llegará el momento en que querrás liberarte de la influencia del campo morfogenético. Sólo tienes que dejar de hacerte preguntas, y quedarte en silencio, mirando hacia tu interior, porque allí está la “Sabiduría Innata”, y somos todos de “Linaje Divino”. La ignorancia del ego, es la que pregunta, y la vanidad del ego es la que responde. Sin preguntas y respuestas, “sin dualidad”, sólo hemos de vivir lo que en verdad somos, ¡VIVIR”!, percibir, sentir la vida manifestándose a través de los seres vivientes, como “Una Única Vida”, y percibir no “mi consciencia”, sino “una sola Conciencia Universal”. Los impactos seguirán llegando, pero ese “momento sagrado de libertad”, ese instante de presencia donde es el Ser el que decide con qué actitud responderá al impacto, siempre lo tendremos, es nuestro.

La mayoría de nosotros ya sabemos que hemos venido a este plano con una misión: “Para que nuestra luz reduzca la oscuridad reinante”, o “Para traer el Cielo a la Tierra”. Alternamos momentos de contacto con lo que somos, (la Única Consciencia), y momentos de actividad, de movimiento, donde salimos a manifestar nuestros dones y talentos, a compartirlos como servicio, a disfrutarlos. Necesitamos experimentar la quietud interna, cada día, a través de la meditación, la oración, o como sea que lo hagamos. Es esa quietud la que genera el movimiento. Hasta ahora el movimiento acelerado que generamos, viene del ego, no de la quietud de haber entrado en contacto con tu Ser. No es el resplandor del Ser. En estos tiempos ya hay miles de seres humanos viviendo de esa manera, se salieron del sistema, sus vidas son sencillas, necesitan poco, hacen lo que les gusta y están contentos, en paz y felices.

Meditar es ese lapso de quietud en que “el observador”, se da cuenta  del funcionamiento de la mente. Sabes que largará pensamientos, uno tras otro, a los que no tienes que subirte. Conectas con tu respiración y te vas tranquilizando poco a poco. Empezarán a ampliarse los espacios entre los pensamientos, y puedes escuchar el silencio, el vacío. Estás solo tú, Pura Consciencia, eso es lo que eres, cuando la mente no interfiere. Además sabes que cuando la necesites, la llamas. Conviene hacer esta práctica diariamente.