Ya muchos seres adelantados nos lo vienen diciendo. A la humanidad, desde sus mismos inicios, le fue entregada de manera amorosa, una Sabiduría Ancestral, lo esencial de todo lo que Es. Los seres más despiertos, a los que llamamos “Maestros”, en servicio nos lo enseñan. Así empezamos a evolucionar, a crecer como personas, conforme a  patrones emocionales, mentales y espirituales, de igual manera que nuestro cuerpo físico se desarrolla naturalmente, de acuerdo a patrones biológicos, sin tener que responder a ninguna manipulación externa.

Los que van adelante, nos sirven de guía ayudando a la humanidad en el gran cambio de conciencia que se está gestando. Pueden contactar energéticamente a ciertas personas, elegidas por su capacidad o talentos, para lo que sea que se las necesite. Siempre es para pedirles algún servicio, de difusión o algo así. Somos todos muy privilegiados, porque esto no es algo que va a venir, ya está acá, somos exponentes de este gran cambio. Expresemos nuestra alegría, sintamos esta felicidad y confianza, pues “al expresarla, al vivirla, favorecemos y aceleramos lo que ya está pasando”.

Lo que llamamos toma de conciencia se expande al hacernos preguntas y dejarlas abiertas y no al encontrar las respuestas, como la mayoría cree. Con las preguntas abrimos todas las antenas y allí atraemos y contactamos lo que combina con nuestra vibración. Esto abre más y más preguntas… Cada nueva pregunta genera todo un abanico de opciones, y todas se manifiestan en la realidad, pero en mi propia realidad yo solo vivo la opción elegida, la que es afín con mi vibración de  conciencia. (Al tirar el dado, salen todos los números, yo solo veo uno de ellos).

La Conciencia Planetaria es dinámica, se expande en ondas, depende del estado de conciencia de todo lo que vive, pues todo lo que vive tiene conciencia, que a su vez manifiesta determinada frecuencia de vibración, y al hacernos preguntas, se abre un abanico de posibilidades, cada una con su propia frecuencia. Con la opción elegida, en este momento, contribuyo a este universo  vibratorio.

Ejemplifico con una vivencia muy reciente. Esta tarde vino a visitarme un amigo lejano al que no veía desde hace como tres años. Había enfermado, y comprendí que estaba necesitando mi escucha para descargar todas sus penurias. Con ese tema estuvimos cerca de 90 minutos. Notaba que con tanta vibración negativa, eso no era bueno para ninguno de los dos, se lo dije varias veces, pero no lo entendió, así que cuando el universo me dio el pie,  pues él miró su reloj, y me dijo: – «Recién son las seis, hasta las siete tengo tiempo», yo opté por decirle que me disculpe pero que yo tenía cosas para hacer. Me agradecí a mí misma el haberlo hecho y agradecí a lo Alto que me facilitara la entrada. Eso fue lo que mi conciencia me dictó que hiciera. Fue ese instante de presencia donde es el Ser el que decide con qué actitud y cómo responderá al impacto.