Yo me pregunto: ¿Cuál es el sentido de que estemos acá, viviendo en este mundo? Siento que todos estamos acá por algo y sobre todo “para algo”. Creo que como vibración energética, que en esencia somos, ya bajamos a este planeta con una Misión, algo que tenemos para dar a los otros humanos, y algo que podremos recibir de quienes formen nuestra familia y círculos de relaciones. A veces nos desesperamos o angustiamos ante complicaciones inesperadas, conflictos íntimos, familiares, o sociales que suscita nuestra forma de ser y de vivir.

Hagamos esta relación: Nosotros tenemos diez veces más bacterias en nuestros intestinos que células en nuestro cuerpo. Y tanto la microbiota intestinal como nosotros, nos beneficiamos mutuamente. Para ello yo consumo kéfir y chucrut, desde hace varios años, lo que es acompañado por una dieta lo más natural y de vegetales que pueda tenerla. Me cuido, quiero mantener mi salud, para poder seguir disfrutando de la vida, y no sólo yo, sino que tengo el deseo de contagiar a otros, a todos, o a los más posibles.

Esta vida es hermosa, pero para lo que vinimos a aprender tenemos que pasar por todo tipo de experiencias. Necesitamos decirle ¡SÍ!, a la vida con lo que sea que ella nos traiga, sin miedos, sin subestimarnos, porque ya todo viene graduado a las posibilidades de cada uno. ¿Pero cómo, las circunstancias que nos van tocando vivir, pueden graduarse? Me gusta creer que hay un “Poder Superior”, que interviene sin que nosotros nos demos cuenta, y cuando lo notamos algunos lo llaman casualidad y otros sincronía.

Hemos de mantener un “espacio de no resistencia alerta”, y al dejar de poner exigencias a las situaciones, personas o cosas, todo se vuelve más armonioso y satisfactorio. Dejemos que cada momento se exprese tal cual es, y sin apresurarnos decidamos cuál será la mejor forma de actuar. A veces, cuando no estoy pudiendo encontrar lo que debo hacer, me preocupo, y esa preocupación no me ayuda para nada, no es cosa buena que ocurra, entonces prefiero postergar mi decisión. Sé que la “Consciencia Infinita” puede ayudarnos tanto desde dentro, como desde fuera.

Que se nos ayuda desde afuera quizás sea sólo una ilusión, que me tranquiliza cuando estoy muy confundida, pero de la ayuda interna no tengo ninguna duda, es la constante guía de mi Maestro Interior, o Alma, o Intuición. Para que la “Conciencia Infinita”, pueda operar a través nuestro, se necesita renunciar a las razones que nos va dando nuestra mente pensante. A veces “Renunciar” significa sentirse cómodo sin encontrar las respuestas a esos constantes “¿por qué será?”. También puede ocurrir de darnos cuenta de no poder aceptar, y esa será entonces nuestra realidad, permitamos que la “Vida” sea así, como es.  

Todos tenemos siempre muchas cosas para hacer, pero en general, nadie se pregunta: ¿cuál es la calidad de ese hacer? Observemos si estamos haciendo una sola cosa a la vez, si somos “totales” en lo que hacemos, si en ese hacer intervienen nuestra emoción y cerebro, y si es una aceptación o una resistencia. No es la cantidad de esfuerzo que pongamos en lo que hacemos, lo que determinará el éxito que tengamos en esa tarea. Sino el hecho de que ese hacer, sea totalmente aceptado; sabiendo que no tuvimos miedo a equivocarnos, y que entregamos nuestro máximo.