Amplio tema este de nuestros hábitos. Mi deseo es comunicarme y orientar al máximo número de personas y para eso fui creando en mí el hábito de escribir. La mayoría de los humanos tenemos este deseo con todos nuestros familiares y contactos cercanos, y lo hacemos hablando, pero como actualmente estoy mucho tiempo sola, opté por escribir, y pido a la “Conciencia Infinita” que me asista y me guie en esto. Sé que formamos parte de esa “Infinitud”, sólo es necesario creer, estar agradecidos, y abrir nuestra escucha interna o intuición.

Lo que a veces no nos damos cuenta, es que nuestra familia es muy, muy, grande, inmensa, ya que somos todos hermanos… Y todo lo grave que ocurra en una parte del mundo, nos afecta a todos los seres vivos, a toda la naturaleza y la Madre Tierra. Por eso, hemos de estar atentos a cuál es nuestra actitud, en los lugares donde sea que estemos, (que tenga reunida mucha gente), como ser el supermercado, cines, fiestas de cumpleaños, etc. Así como aislamos a los bebés del mucho ruido de los festejos, también los niños pequeños tienen necesidades diferentes a los adolescentes y a los adultos. Y cuando hacemos un festejo tendremos que contemplar todas esas necesidades y espacios diferentes.

Necesitamos tomar consciencia de la manera en que nos desenvolvemos y habitamos los espacios cotidianos, identificando si nuestras acciones pueden impactar o coartar la oportunidad de participación de alguien más. Hay cambios y ajustes que podemos realizar para cohabitar un mundo más amable e inclusivo para todos. ¿Hay algo de lo que hace tu vecino que  te moleste; y de tus trabajos ruidosos, por ejemplo, que puedan molestarle a él? Porque la buena convivencia depende de todo lo que hagamos, y por eso el mejor hábito que podemos desarrollar es el aumento de nuestro nivel consciente.

Para darnos cuenta de nuestros malos hábitos, tenemos un socio muy atento que nos avisa a través de dolores y malestares, de todos nuestros errores, y ese es nuestro cuerpo. En mi caso, la mala postura de mi columna, es un mal hábito, que ya lleva tantos años, y que me resulta muy difícil de erradicar. Y ahora mientras converso con Uds. estoy muy atenta a cómo estoy sentada, a cómo ubicar las piernas para que me resulte más fácil, mantener la espalda bien derecha. Un banco ortopédico, (que no tiene respaldo y en el que no apoyas los pies sino las rodillas, a unos 20 cm, del suelo), es una muy buena ayuda para mí, siempre y cuando no pierda ni un minuto, mi atención en mi interés primordial, mi columna vertebral.

Respecto a los hábitos inútiles, que todos tenemos y en gran cantidad, puedo decir  que, salvo que uno tenga la costumbre de auto observarse,  son difíciles de descubrir. Puedo mencionar algunos de los míos: Para leer el párrafo recién escrito, apoyar el codo en el escritorio, y el pulgar de esa mano en el pómulo. Cuando estoy haciendo algo muy entusiasmada, sacar la puntita de la lengua. Si estoy muy preocupada por algo que tengo que resolver, aprieto los dientes. Este además de ser un habito inútil es ante todo, un mal hábito que termina produciendo bruxismo. En mi caso me llegó a destruir totalmente la dentadura y actualmente va a destruir mis prótesis.